Ante el desplome de la economía mundial por la pandemia del coronavirus (COVID-19), México será como una de las naciones emergentes más afectadas, pues su recuperación se perfila lenta y podría llegar después de 2025.
Así lo apuntó este viernes el Grupo Financiero BBVA en su análisis “La recuperación económica de México será lenta y con forma de raíz cuadrada”:
La recuperación prevista para el PIB (Producto Interno Bruto) después del efecto de la pandemia por COVID-19 muestra que no sería en forma de “V” ni de “U”, sino que se asemejaría más al símbolo de una raíz cuadrada
No obstante, refirió que nuevas olas de contagio podrían dar lugar a una reactivación económica en forma de “W”.
La empresa de servicios financieros explicó que la incertidumbre asociada al impacto económico de la pandemia y el tiempo que durarán el paro de actividades en algunos sectores le han llevado a pronosticar que el PIB mexicano pasará del escenario base del -7% al escenario adverso de -12% al cierre del 2020.
Y es que las medidas de confinamiento social dependerán del semáforo epidemiológico de cada entidad federativa y por esta razón la apertura económica nacional será escalonada; se trata de una economía relativamente más abierta, lo cual la hace más vulnerable a choques de demanda; y un relativo bajo crecimiento promedio en los últimos años complicado por un nuevo entorno político nacional que frena la inversión privada.
En su escenario de una caída del PIB de -6%, la recuperación del nivel de la economía correspondiente al cuarto trimestre del 2019, se daría muy probablemente hasta finales del 2023. Sin embargo, precisó, dado el sesgo de pronóstico a la baja que sitúan el crecimiento cerca del -12 por ciento, la recuperación de dicho nivel ocurriría hasta dentro de cinco años.
Con respecto al segundo trimestre del año, BBVA estimó que el PIB será de entre -10,8% y -16,0%, con respecto al primer trimestre del 2020.
La magnitud de dicho efecto se desvanecerá muy gradualmente hasta ser menor a 1,0% dentro de dos y cuatro años, bajo los escenarios base y adverso, respectivamente
Además, señaló en su valoración que el desplome previsto del PIB mexicano en el segundo trimestre del 2020 no solamente será una preocupación para el desempeño económico del año, “sino también para los siguientes años”.
Lo anterior “debido a que el crecimiento económico potencial será afectado tanto por la mayor ociosidad de los factores de producción del capital y trabajo como por la débil respuesta de política fiscal que impedirá una reactivación económica más rápida”.
También, expuso que prevalece una posición de las finanzas públicas larga en petróleo, lo cual no es nada favorable en esta coyuntura económica global que ha causado una destrucción de alrededor de 35% en la demanda global de petróleo y una reacción de política fiscal contracíclica muy insuficiente, aunada a una postura monetaria que aún no ha llegado a niveles de laxitud.
No obstante, reconoció que México tiene un espacio fiscal reducido para enfrentar los choques negativos actuales.
Aun así, consideró, la disciplina fiscal podría mantenerse mientras cualquier aumento del gasto público sea acompañado de una propuesta de reforma fiscal que entre en vigor cuando se haya superado la contingencia sanitaria.
BBVA dijo que más que nunca se requieren apoyos económicos mediante transferencias directas a quienes perdieron su empleo o a los trabajadores informales que han visto fuertemente mermado su ingreso.
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