CUERNAVACA, México (AP) — Con reclamos cada vez más frecuentes de grupos inconformes con su mandato y el manejo de la pandemia por coronavirus, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, terminó el viernes su segunda gira de trabajo por el país luego de meses de cumplir distanciamiento social.
De gira por Cuernavaca, en el estado de Morelos, López Obrador fue recibido por la mañana por un grupo de manifestantes convocados por el Frente Nacional Anti-AMLO (FRENAAA), quienes han realizado manifestaciones en varias ciudades con el objetivo de lograr la revocación del mandato presidencial en 2022.
Durante el evento se podían escuchar las bocinas sonando en protesta, pero el presidente no se mostró preocupado y dijo que son muchos más los que le apoyan. A pesar de eso, en esta semana López Obrador enfrentó otras protestas en estados como Veracruz o Hidalgo.
“Va a haber esta resistencia, es legítima, que se sigan manifestando. No tengo manera de trasladarme en helicóptero o avión, siempre voy a andar a ras de tierra”, dijo el mandatario, quien alegó que los manifestantes de las bocinas eran militantes del partido conservador Acción Nacional. No fue el único encontronazo con manifestantes para López Obrador.
Antes de inaugurar un hospital, unos 50 manifestantes con pancartas y cartulinas le reclamaron por la falta de apoyo del gobierno federal para enfrentar la falta de empleos durante la pandemia. Entre abril y mayo, unas 900.000 mil personas se quedaron sin puestos de trabajos formales registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Soledad Solís Córdova, una de las manifestantes, dijo que además las autoridades sanitarias han perdido credibilidad con el pueblo por el manejo de la pandemia.
“Hay personas que se mueren en sus casas porque tienen miedo de ir al hospital, porque tienen miedo a morir”, dijo la manifestante. “Esta es la tercera vez que se habla que estamos en el pico. No se reporta la realidad y la gente se confía y sale porque hay que buscar el alimento y sin apoyos no hay de otra. Tenemos que salir y además él (López Obrador) anda en la calle como si nada y nos da el ejemplo a nosotros”.
Hasta el último reporte de las autoridades de salud, los contagios superaban los 165.000 y las muertes rondaban las 20.000.
Algunos otros manifestantes llevaban reclamos más locales. Como Valentín Pomedano de 65 años, quien fue a protestar por el mal desempeño del gobernador Cuauhtémoc Blanco.
Blanco, un exfutbolista que fue ícono de la selección mexicana y de club América, ha sido cuestionado por incluir en su gabinete a excompañeros de deporte y tener como jefe de la gobernatura a José Manuel Sanz, quien fue su agente y ha sido investigado por realizar operaciones financieras con recursos de procedencia ilícita.
Además, de acuerdo con los datos revelados el viernes por el secretario de seguridad, Alfonso Durazo, en delitos por cada 100.000 habitantes, Morelos es el primer estado en secuestros, el segundo en feminicidios, y el séptimo en homicidios dolosos y más del 90% de su población cree que su policía es corrupta.
Algunas otras personas acudieron a las afueras del hospital a entregar peticiones. En el pasado, el mismo López Obrador las recibía, pero por recomendaciones de las autoridades de salud ahora no tiene contacto con la gente.
Personas de la tercera edad hicieron fila detrás de una valla metálica con tal de ver de cerca al presidente. Además de cartas y carpetas con documentos, el personal del gobierno recibió fruta y hasta rompope.
Cuando López Obrador salió del hospital, los gritos de protesta aumentaron, pero a diferencia de otras veces no bajó siquiera el vidrio de su camioneta para escucharlos.