Fotos de Juan Barreto y Luis Robayo y video de Juan Esteban Restrepo ///Quibdó, Colombia, 17 Jun 2020 (AFP) - La indomable topografía y décadas de abandono estatal mantienen aisladas a varias zonas de Colombia donde la pandemia se ensaña. En sus avionetas privadas, empresarios responden al pedido oficial para llevar ayudas a esas regiones en las que la covid-19 avanza a paso acelerado.El capitán Ernesto Pérez descarga insumos médicos en la ciudad selvática de Quibdó, capital del Chocó, uno de los departamentos más pobres de Colombia y donde el nuevo coronavirus ha hecho estragos con el endeble sistema de salud. En la emergencia sanitaria "se me unieron la pasión de volar con la pasión de ayudar", dice a AFP este hombre de 56 años, propietario de una compañía de pagos electrónicos en Bogotá.Pérez y otro centenar de pilotos-empresarios del Aeroclub de Colombia respondieron al llamado directo del presidente Iván Duque para entregar ayudas a regiones en medio de la selva o el desierto en sus aeronaves privadas tras el cierre del espacio aéreo el 23 de marzo como medida para frenar el nuevo coronavirus.Con los vuelos comerciales suspendidos y confinamiento obligatorio desde hace tres meses, la labor de estos empresarios ha sido clave para transportar toneladas de insumos médicos, unas 16.000 pruebas de la covid-19 para procesar en laboratorios de Bogotá y hasta personal médico en un país atravesado por tres cordilleras andinas que superan los 4.000 metros.El Aeroclub de Colombia ha realizado más de 150 vuelos a los departamentos de Amazonas, donde la pandemia se coló desde Brasil, así como a La Guajira y Arauca, fronterizos con Venezuela, entre otros."El aeroclub se volvió mi sitio de despacho y mi segundo hogar" porque "la empresa sigue en teletrabajo", cuenta Pérez, un hombre alto y canoso, tras regresar de la húmeda y calurosa Quibdó.Otras organizaciones de empresarios voluntarios operan de forma similar en Colombia. En Cali (suroeste), la tercera ciudad del país, la Patrulla Aérea Civil del Pacífico también realiza vuelos humanitarios. - Alivio - El encargado de la Presidencia para coordinar y acompañar los vuelos, Max Peña, destaca la labor de los empresarios-piloto, que trabajan como voluntarios. "Somos un país limitado (...), con lo que hacen ellos logramos que el país tenga en menos de 24 horas estas pruebas en el laboratorio y las estadísticas [actualizadas] en las regiones", asegura.Al Chocó, por ejemplo, Pérez y sus colegas llevaron batas médicas, tapabocas, reactivos y dos especialistas en epidemiología. Además, trajeron a Bogotá pruebas de diagnóstico.Las alarmas en suelo chocoano se prendieron con fuerza el fin de semana con una imagen que se viralizó en redes sociales. Tirado en el suelo y con oxígeno, un posible portador de la covid-19 falleció en la puerta de un hospital de Quibdó a la espera de atención.En el departamento hay 715 contagios detectados y 20 muertos, para una tasa de 38 fallecidos por cada millón de habitantes. En Colombia, una nación de 50,3 millones de habitantes, se reportan casi 55.000 contaminados y unos 1.800 óbitos.Los hospitales públicos chocoanos no cuentan con unidades de cuidado intensivo para atender a una población de medio millón de personas. Aunque las autoridades colombianas dan parte de un control relativo de la pandemia, los contagios y muertes se han multiplicado en un mes. Los pilotos-empresarios se preparan para días agitados y para mantener en el aire sus avionetas con recursos propios al menos hasta que se reactiven los vuelos locales, el 1 de julio."No tengo ninguna otra satisfacción sino de ayudar, de entregar y de seguir adelante con esta ayuda", afirma el capitán Pérez.dl/raa/lv/rsr -------------------------------------------------------------