Reseña: "Homegrown", el eslabón perdido de Neil Young

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Neil Young, “Homegrown” (Reprise)

“Homegrown” de Neil Young, terminado hace 45 años pero recién lanzado ahora, es el eslabón perdido de uno de sus períodos más creativos y productivos.

Si hubiera salido a la luz como se planificó originalmente, “Homegrown” le habría seguido a su exitoso “Harvest” de 1972, que incluyó sus clásicas “Heart of Gold” y “Old Man”. En las décadas siguientes, cinco de las 12 canciones que integran “Homegrown” se lanzaron de una u otra manera, pero nunca como Young lo quiso en un principio.

Similar a lo que ocurrió con el perdido “Smile” de los Beach Boys, la leyenda y mística en torno a “Homegrown” sólo creció.

Ahora, casi medio siglo después, Young da rienda suelta a lo que describe como “el que se escapó”. Como lo saben muchos de sus seguidores, esta no es la única producción que “se escapó” del artista conocido por su personalidad volátil, que ha grabado y engavetado numerosos proyectos a lo largo de su carrera.

¿Pero qué hacer de “Homegrown”?

Es un álbum sobre rupturas casualmente grabado el mismo año que uno de los discos de rupturas más famosos de todos los tiempos: “Blood on the Tracks” de Bob Dylan.

También incluye a músicos asociados con Dylan como Robbie Robertson y Levon Helm de The Band, junto con Emmylou Harris en una canción; así como a los colaboradores de Young de toda la vida Ben Keith, Tim Drummond y Stan Szelest.

Todo eso se combina en el sonido familiar de Young de mediados de los 70, dominado por la guitarra acústica y la armónica.

Hay canciones conocidas por sus fans, como “Love is a Rose”, una de las cinco que aparecieron en distintas versiones en discos subsiguientes de Young. Y la extraña “Florida”, una de las siete canciones hasta ahora inéditas, que es menos una canción y más un paseo drogado por la consciencia.

“Homegrown” llega casi 50 años después como una obra de arte que llena una brecha en la carrera histórica de Young.

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