MILÁN (AP) — El alcalde de Milán se opuso el domingo a los llamados para que sea retirada de un parque público la estatua de un fallecido periodista italiano que llegó a reconocer que tuvo una esposa eritrea de 12 años durante la ocupación colonial italiana del país norafricano en la década de 1930.
A través de un video por Facebook, el alcalde Giuseppe Sala se dijo perplejo por “la ligereza” con que Indro Montanelli había confesado que compró a la novia menor de edad a su padre, en un video difundido ampliamente sobre su presentación en un programa de entrevistas de 1969. Sin embargo, Sala subrayó que las “vidas deberían ser juzgadas en su totalidad”.
“Montanelli fue más que eso. Fue un periodista grandioso, un periodista que luchó por la libertad del Estado, un periodista independiente. Quizá por esas razones recibió disparos en las piernas”, declaró Sala en referencia a una agresión contra Montanelli en 1977 de parte de la organización Brigadas Rojas. “Por esas razones, creo que la estatua debería mantenerse”.
La estatua de Montanelli, en un parque de Milán con el mismo nombre del escritor y periodista y que se ubica cerca del lugar donde fue atacado, ha sido un tema álgido en las protestas en apoyo al movimiento “Black Lives Matters” en Italia, que han ocasionado una revisión del pasado colonial italiano. Los activistas también presionan a favor de un proceso automático de ciudadanía para extranjeros nacidos en Italia de padres con residencia permanente y la eliminación de as leyes que limitan la inmigración.
Durante el fin de semana, los manifestantes cubrieron la estatua con pintura roja y escribieron “racista” y “violador” en su base. La estatua ha sido pintada de rosa anteriormente en protestas feministas, pero esta es la primera vez que el pasado de Montanelli enfrenta un escrutinio serio, con exhortos a retirar la estatua y renombrar el parque.
Montanelli, que murió en 2001 a los 92 años, es uno de los periodistas más venerados de Italia, honrado por el Instituto Internacional de Prensa en 2000 como uno de los 50 Héroes Mundiales de la Libertad de Prensa.
Pero su legado se ha visto empañado por haberse casado con una menor a sus 24 años y haber encabezado un batallón de 100 eritreanos durante el dominio colonial del régimen fascista.
Uno de sus pupilos, Beppe Severgnini, escribió esta semana en el diario Corriere della Sera que “si bien derribar una estatua de un dictador puede ser un gesto de liberación, retirar la estatua de un periodista independiente tiene un tufo de fanatismo”.