Las escuelas católicas en Estados Unidos han enfrentado tiempos difíciles durante años, pero el ritmo de los cierres se está acelerando dramáticamente en medio de las consecuencias económicas del coronavirus, provocando angustia y enojo en decenas de comunidades afectadas.
“No es una imagen bonita en este momento”, dijo la hermana Dale McDonald, directora de políticas públicas de la Asociación Nacional de Educación Católica, que dice que unas 100 escuelas han anunciado en las últimas semanas que no volverán a abrir este otoño. McDonald teme que ese número podría duplicarse en los próximos meses.
La mayoría de los cierres están ocurriendo en el nivel primario, pero también en la lista hay varias escuelas secundarias.
El Institute of Notre Dame, una escuela de niñas en Baltimore fundada en 1847, cerrará el 30 de junio, para consternación de exalumnas como la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. La Immaculate Conception Cathedral School en Memphis, Tennessee, otra institución para niñas, también cerrará después de 98 años; de aquí se graduó Priscilla Beaulieu, esposa de Elvis Presley.
Los cierres en Nueva Jersey incluyen la St. Joseph High School de Hammonton, que ha ganado más de 20 campeonatos estatales de fútbol, y la escuela Cristo Rey en Newark, que fue muy elogiada por su trabajo ayudando a los estudiantes de familias de bajos ingresos a ir a la universidad. Fundada en 2007, Cristo Rey dice que cada uno de sus graduados de los últimos 10 años había sido aceptado en universidades.
Los cierres de este año reducirán el número de escuelas católicas en Estados Unidos a unas 6.000, en comparación con más de 11.000 que había en 1970, según la asociación de educación católica. En general, las inscripciones se han desplomado de más de 5 millones en la década de 1960 a unas 1,7 millones en la actualidad.
“La pérdida de escuelas católicas es una pérdida para Estados Unidos”, dijo Mary Pat Donoghue, directora ejecutiva de la oficina de Educación Católica de la Conferencia Católica Episcopal de Estados Unidos.
Donoghue dijo que el impacto será particularmente severo en los barrios urbanos de bajos ingresos, generalmente poblados principalmente por negros e hispanos.