Con 21 años, Crystal, una manifestante hongkonesa prodemocracia, se plantea pedir asilo en Canadá. Como muchos compatriotas suyos, quiere exiliarse para escapar de la creciente influencia de Pekín en el territorio semiautónomo.
La estudiante forma parte del núcleo duro de activistas que participaron en las enormes protestas que sacudieron Hong Kong en 2019 y que, en ocasiones, estuvieron empañadas por la violencia.
La joven presentó una solicitud para obtener el estatus de refugiada y poder instalarse al otro lado del mundo.
"Mis amigos y mi familia no están al corriente de mi situación", explicó a la AFP.
Como todos los entrevistados para este reportaje, Crystal pidió que no se revelara ni su apellido ni su lugar de residencia.
En Canadá, un grupo de activistas afirmó que al menos 50 hongkoneses que intervinieron en las manifestaciones pidieron asilo en ese país antes de que estallara la pandemia de coronavirus, que provocó el cierre de las fronteras.
Asimismo, cientos de manifestantes se exiliaron en Taiwán, cuya presidenta, Tsai Ing-wen se comprometió a acogerlos.
De momento, se trata de un fenómeno limitado, pero podría ganar alcance a raíz de la decisión de Pekín de imponer una controvertida ley sobre seguridad nacional en Hong Kong, en reacción al movimiento de protesta de 2019.
La oposición teme que esta ley abra la vía a una erosión de las libertades y de la autonomía de las que gozan los habitantes de ese territorio desde que fue devuelto a soberanía china por el Reino Unido en 1997.
En respuesta, el gobierno británico anunció que ofrecería visados y un posible acceso a la nacionalidad a 2,9 millones de hongkoneses, siempre y cuando hayan nacido antes de 1997.
Por lo tanto, quedarían excluidos los más jóvenes, que forman el grueso de los manifestantes.
Hasta hace poco, Hong Kong no era una ciudad de la que se huyera, sino más bien al contrario, solía a acoger a personas que habían escapado de su país.
Pero las cosas empezaron a cambiar el año pasado, cuando Alemania le concedió el asilo a dos activistas prodemocracia que estaban siendo buscados por haber participado en unas manifestaciones en 2016.
Era la primera vez que un gobierno occidental reconocía que los disidentes hongkoneses huían de la persecución.
- Expresarse "libremente" -
Canadá es el destino favorito de los candidatos al exilio.
Richard Kurland, un abogado canadiense especializado en inmigración, explicó que las solicitudes de asilo se examinan caso por caso pero que "una reacción exagerada por parte de Pekín o de las autoridades hongkonesas reforzaría la legitimidad de las demandas".
Pero aún es demasiado pronto para saber si la ley sobre seguridad nacional responderá a este criterio, matizó.
Con todo, quienes eligen exiliarse a menudo tienen que enfrentarse a un futuro incierto.
Taiwán ni siquiera cuenta con una ley sobre los refugiados y la mayoría de hongkoneses tienen que pedir visados de negocios o de estudios.
La semana pasada, la presidenta creó un grupo de trabajo para estudiar cómo ayudarles, lo que causó un enorme malestar en Pekín.
Tras varios meses en Taipéi, Xiao Hua, una enfermera de 35 años, está pensando en instalarse allí definitivamente pues "es un lugar en el que todavía podemos expresar nuestras opiniones libremente".
Aunque admite que le resultará "insoportable" dejar a su familia y a sus amigos, asegura que, para ella, "la libertad" es lo que cuenta.
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