Almagro y oposición rechazan atraso de elecciones en Nicaragua por COVID-19

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Fotografía cedida por la Organización de Estados Americanos (OEA) donde aparece su actual secretario general, el uruguayo Luis Almagro. EFE/OEA/Juan Manuel Herrera/Archivo
Fotografía cedida por la Organización de Estados Americanos (OEA) donde aparece su actual secretario general, el uruguayo Luis Almagro. EFE/OEA/Juan Manuel Herrera/Archivo

Managua, 28 may (EFE).- El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y los principales grupos de oposición de Nicaragua, rechazaron este jueves un posible retraso de las elecciones generales de 2021, como consecuencia de la pandemia de COVID-19, informó en Managua la disidente Unidad Nacional Azul y Blanco.
El retraso de las elecciones es un tema que se comenta cada vez con más frecuencia en medios de comunicación oficialistas, con el argumento de que la pandemia impedirá la celebración los comicios a fines de 2021, lo que daría más años en el poder al presidente Daniel Ortega, quien gobierna desde 2007, y al que la oposición califica de “dictador”.
“El secretario general hizo énfasis en que el retraso de las elecciones no es una salida viable, porque no es viable para ortega sostenerse de manera aún más ilegítima en el poder, no sería visto con buenos ojos por la comunidad internacional un cambio en el calendario electoral”, dijo a Efe la integrante del Consejo Político de la Unidad, Alexa Zamora.
Hasta ahora Ortega, señalado por los opositores de mantenerse en el poder gracias a elecciones fraudulentas, no ha impuesto restricciones para evitar la propagación del coronavirus SARS-coV-2, que causa el padecimiento de COVID-19, las medidas de prevención social son mínimas, brinda información escasa y confusa, además de promover aglomeraciones, a las que acuden sandinistas, quienes luego son enviados a realizar visitas casa por casa.
La estrategia ha sido criticada, porque se opone a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que diversas organizaciones médicas y científicas de Nicaragua coinciden en que esta solamente ayuda a propagar la pandemia.
Ortega, por su parte, ha insistido en que debe garantizar el avance económico del país, mientras informa de 759 contagios y 35 muertos por la pandemia, aunque el independiente Observatorio Ciudadano COVID-19, que goza de mayor credibilidad, reporta 2.687 casos y 598 fallecidos.
“En la reunión, retroalimentamos al secretario general de cómo el manejo negligente del COVID-19 ha venido a impactar en la vida de los nicaragüenses, y que también atiende a una falta de capacidad de Ortega, de gobernar legítimamente”, señaló Zamora.
Antes de la pandemia, Nicaragua ya sufría una profunda crisis sociopolítica, originada en el levantamiento popular contra Ortega en 2018, que fue contrarrestado con ataques armados del Gobierno, que han dejado cientos de muertos, presos o desaparecidos, miles de heridos, y más de 100.000 exiliados.
El estilo de Gobierno de Ortega ha llevado a que en la OEA se abra el proceso de aplicación de la Carta Democrática Interamericana a Nicaragua, que, de aplicarse, suspendería al país del organismo.
Tras gobernar entre 1980 y 1990, Ortega volvió al poder en 2007 y, desde 2017 gobierna con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, gracias a interpretaciones de la Constitución y los fraudes alegados por la disidencia.

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