LOS ÁNGELES (AP) — Al quedarse más personas en casa para contener la propagación del COVID-19, sus sedanes, camionetas pick up y todo terreno están abandonadas en las calles, lo que los convierte en blancos fáciles para ladrones oportunistas.
A pesar de las calles tranquilas y el casi inexistente tráfico, el robo vehicular aumentó 63% en Nueva York y casi 17% en Los Ángeles del 1 de enero a mediados de mayo, comparado con el mismo periodo del año pasado.
Y muchas otras agencias policiales en Estados Unidos reportan un aumento en el robo de vehículos, incluso cuando el crimen violento ha disminuido drásticamente a nivel nacional durante la pandemia del coronavirus. Es un crimen de bajo riesgo con una recompensa potencialmente mayor, dice la policía, sobre todo cuando muchos conductores dejan sus puertas sin seguro o las llaves al interior.
“Para el caso, puedes poner un engomado en la ventana que diga, ‘ven, llévate mis cosas’”, dijo con exasperación Alex Villanueva, jefe de policía del condado Los Ángeles.
En Austin, Texas, el mes pasado un impactante 72% de los 322 vehículos robados tenían sus llaves cerca. El número total de robo vehicular en abril aumentó aproximadamente 50% y los robos a vehículos subieron 2% desde abril de 2019.
El virus ha creado la “tormenta perfecta”, dijo el policía de Austin Chris Vetrano, supervisor en la unidad de robo de autos con 11 detectives que investigan casos de robo vehicular.
Los elementos para esa tormenta: los conductores están en casa y no usan ni atienden sus autos con frecuencia. No hay escuelas, así que los adolescentes ponen a prueba su suerte. Los criminales están sin trabajo y tienen más tiempo libre o necesitan dinero rápido para su drogadicción.
“En estos días puedes meterte a internet y aprender cómo abrir un vehículo con una búsqueda en YouTube”, dijo Vetrano.