¡Pura vida! El torneo de fútbol profesional de Costa Rica reinició con rigurosas medidas de sanidad para evitar contagios del nuevo coronavirus. Es el primer país latinoamericano en dar el silbatazo de reanudación del deporte en tiempos de la pandemia.
El balón volvió a rodar en un país centroamericano que parece estar haciendo las cosas bastante bien en sus esfuerzos por contener el virus y mantener una baja letalidad, a diferencia de otras naciones futbolísticas de la región que enfrentan panoramas oscuros y sin fechas claras para la reanudación de sus campeonatos.
Ante el avance del coronavirus, el fútbol en Latinoamérica — como en casi todo el resto del mundo — quedó paralizado a mediados de marzo. La liga de Nicaragua fue la única en el continente que se mantuvo en actividad.
El reinicio de la liga costarricense se da como parte de las medidas anunciadas en días recientes por las autoridades para ir retomando actividades de forma gradual en medio de la cuarentena. Esas disposiciones, del 16 al 31 de mayo, incluyen visitas limitadas a playas y parques nacionales, así como la práctica de deportes como el fútbol sin espectadores, entre otras.
Ello resultó posible en un país que ha logrado, a juzgar por las cifras del Ministerio de Salud, contener la propagación y registrar una de las tasas de muertes por COVID-19 más bajas en Latinoamérica. Los casos confirmados al miércoles eran casi 900, con apenas diez decesos, cuando en la vecina Panamá, para citar un caso, los fallecidos superaban los 280.
“Gracias al comportamiento de los ticos se ha podido controlar la pandemia”, aseguró la semana pasada el jerarca de la liga de primera división de Costa Rica, Julián Solano. “Este mensaje no es solo un ejemplo en el fútbol, es un ejemplo para el mundo en una situación de salud que nos ha afectado a todos”.
Fue una referencia a lo que dicen los expertos de salud sobre que una de las razones que han ayudado al país de 5 millones de habitantes en la contención de la enfermedad es que sus ciudadanos han acatado puntualmente las medidas de confinamiento, además de las acciones tempranas del gobierno para frenar la propagación desde el momento en que se dieron los dos primeros casos en un par de turistas estadounidenses.
Solano y los dueños de 12 clubes tuvieron que comprometerse a cumplir todos los protocolos de bioseguridad y acordar temas de salarios con los jugadores para poner en marcha de nuevo la liga, que se había suspendido a mediados de marzo por la pandemia.
Dentro del protocolo sanitario a seguir durante el resto del torneo, a los futbolistas se les tomó la temperatura al llegar al estadio, se cambiaron de uniforme al final del primer tiempo y los suplentes tuvieron que presenciar los partidos desde las gradas.
A los clubes de Primera División no se les está obligando a realizar pruebas masivas a los jugadores, como se está estableciendo en Europa para la reapertura de sus ligas, según los protocolos. Pero el cuerpo médico de los equipos tiene que revisar a los jugadores antes del encuentro y, si presentan síntomas sospechosos, se estableció un plan para aislarlos y llevarlos a un centro médico.
El miércoles por la noche el país volvió a vivir uno de sus clásicos a puertas cerradas y con transmisión televisiva internacional. Saprissa, puntero del torneo, se impuso 1-0 sobre Herediano con un gol de Michael Barrantes en el primer tiempo.
En algunos asientos de una parte de las tribunas del estadio del Saprissa se colocaron carteles con fotos de hinchas.
La víspera, la liga se retomó en su 16ta fecha con dos partidos y victorias del Alajuelense sobre Cartaginés 2-0 y de Guadalupe ante Limón 1-0.
Arturo Campos anotó el tanto de la victoria para Guadalupe, pero debió celebrarlo sin besar el balón y evitó el festejo grupal en la cancha, como medidas de salud exigidas por la pandemia. Tampoco hubo aplauso alguno en las gradas.
“Es un gol extraño”, dijo Campos. “No estamos en las mejores de las formas, pero es una alegría regresar y marcar”.
A diferencia de Costa Rica, para el resto del hemisferio era incierto el panorama de reinicio del fútbol, particularmente en países que lidiaban con altas cifras de contagios y fallecidos. En Sudamérica, Uruguay asoma como el más próximo a reanudar su campeonato.
El martes, el gobierno de Ciudad de México presentó un plan de reactivación económica y social que permite el regreso del fútbol a los dos estadios de la capital a partir del 15 junio, exactamente tres meses después de que se realizó el último choque del Clausura 2020.
Pero los dirigentes del fútbol mexicano aún no definen qué es lo que ocurrirá con el Clausura, que se detuvo el 15 de marzo tras jugarse la décima de las 17 fechas del calendario regular.
Un grupo de propietarios se inclina por cancelarlo y declarar desierto el título, mientras que otro apuesta por reanudar sin importar la fecha.
Por si fuera poco, el club mexicano Santos Laguna informó en la jornada que ocho de sus jugadores dieron positivo de coronavirus, aunque sin presentar síntomas.
En Colombia, cuya prolongada cuarentena culmina la próxima semana, se ha barajado la posibilidad de reactivar la liga sin público en los estadios entre agosto y septiembre. El presidente Iván Duque consideró que hay que seguir el caso de la Bundelisga.
La liga alemana se reactivó recién con rigurosas medidas sanitarias, incluida la aplicación de pruebas para determinar que los jugadores y otras personas involucradas en los encuentros no porten el virus.
“Hemos visto que la Bundesliga se va a reanudar y eso es un referente", señaló. "En Italia estaban tomando decisiones para flexibilizar y dar apertura pero aparecieron diez jugadores con coronavirus”.
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Juan Zamorano reportó desde Panamá. Carlos Rodríguez, en Ciudad de México, y Jairo Anchique en Bogotá contribuyeron a este reporte.