Londres, 20 may (EFE).- Los comisarios británicos ya se preparan para el día en que la historia del coronavirus se exponga en los museos. Entre las futuras reliquias hay levadura para hornear, gel higienizante y mascarillas, objetos que empiezan a engrosar unas colecciones construidas en condiciones inéditas.
El Victoria & Albert Museum, centro de la vanguardia artística mundial, ha sido uno de los primeros en ponerse en marcha.
“Esta noción de coleccionar según está pasando es muy nueva, de los últimos diez años. Y ahora está saliendo a la luz, los museos lo están marcando como prioritario. Creo que es una responsabilidad”, señala a EFE el comisario Brendam Cormier, encargado de coordinar el proyecto.
A principios de marzo, Cormier inauguró el blog Pandemic Objects (“Objetos de la Pandemia”), donde artistas y trabajadores del museo analizan el porqué de los nuevos significados que cobran cajas de cartón o levadura estos días o cómo los satélites de Google se han convertido en la única vía de escapismo.
“Se concibió como un tipo de investigación sobre el proyecto, para entender lo que está pasando. Lo publicamos para que la gente lo pueda leer, pero también para que nos ayude a entender qué podemos coleccionar físicamente”, explica el diseñador.
El museo lanzó el primer llamamiento abierto la semana pasada, cuando pidió “carteles hechos a mano”.
En apenas cinco días, el correo electrónico recibió cientos de ejemplos, desde dibujos infatiles para animar a los sanitarios a los avisos de cierre y traspaso que cuelgan en los escaparates.
"NO TIRAR NADA A LA BASURA"
En el Museo Nacional de la Ciencia, también en Londres, han comenzado una colección para conservar la respuesta médica y científica a la pandemia.
Entre las cosas que ya han llegado hasta su archivo se encuentran los imanes que acabaron atascados en la nariz de un científico australiano mientras intentaba diseñar un artilugio para prevenir el coronavirus y la carta donde el primer ministro, Boris Johnson, explicaba a los británicos las restricciones por el confinamiento.
“Contar la historia de la ciencia nunca es como un viaje directo. Siempre hay cosas que no funcionan. Hay accidentes felices. Entonces, cualquier cosa que podamos recolectar para contar esa historia es realmente importante”, apunta la comisaria Natasha McEnroe.
La idea de la recolecta empezó en marzo, bajo unas estrictas guías éticas y evitando el contacto físico prescindible, explica la comisaria, quien insiste en que lo más importante ahora es que investigadores, médicos y público se percaten del “potencial histórico” de su material antes de tirarlo a la basura.
Entre los objetos que esperan incorporar a sus vitrinas está “la vacuna”.
“No estamos interrumpiendo a la gente para que pare. Pero si de vez en cuando alguno de los administradores o uno de mis colegas superiores puede decir en la intimidad a alguien en laboratorio de Oxford o en otro, ‘por favor, acuérdate de no tirar nada’, ese es el método”, cuenta McEnroe.
DIARIOS, VÍDEOS Y MEMES
Las vivencias en primera persona también tendrán su hueco en las exposiciones poscoronavirus, al menos en el Museo de Londres, donde recolectan vídeos, diarios, ropa y hasta memes sobre cómo la Covid-19 impacta en la historia de la capital británica.
“Nuestro objetivo es ser capaces de reflejar las experiencias durante la pandemia de una gran variedad de londinenses, desde aquellos que trabajan en primera línea a los que lo hacen en silencio en segundo plano”, cuenta a EFE la comisaria Beatrice Behlen.
También intentarán plasmar cómo Londres se transforma durante la cuarentena, cuando un raro silencio se ha impuesto en la metrópolis siempre bulliciosa.
"El vacío relativo parece hacer a los londinenses ver los lugares desde una nueva perspectiva. También aprecio nostalgia por la ciudad que solía ser, a pesar de sus defectos”, comenta Behlen sobre las fotografías que ya han recibido.
CÓDIGOS ÉTICOS Y TRANSPARENCIA
Saber cuándo actuar y hacerse con material es difícil en circunstancias normales, pero el ritmo vertiginoso de la pandemia y su impacto humano –la cifra de muertos ya superado los 35.000 en Reino Unido- es un reto añadido.
“Es un campo difícil, muy emotivo y sensible. Queremos tener mucho cuidado a la hora de acercarnos a las personas porque no sabemos qué sucede en sus territorios”, dice la comisaria del Museo de Ciencia en referencia a los donantes y al propio personal del museo involucrado en los proyectos.
Los tres museos coinciden en que es necesario ser transparente con lo que está llegando hasta sus manos y cómo se le da sentido, en definitiva, “enfrentar la pandemia de la manera más sensible posible”, concluye Cormier.
Ninguno se atreve a aproximar una fecha de cuándo estarán listas las colecciones para su exhibición, puede ser cuestión de meses, años o décadas. Por el momento, los museos británicos permanecerán cerrados al público hasta el 4 de julio. EFE
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