La noche en la que el Real Madrid y el fútbol europeo tocaron el cielo

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Exactamente hace 60 años, en una época en la que ir al fútbol no significaba mantener la distancia social, 127.000 personas llenaron el Estadio Hampden Park de Glasgow para ver una final de ensueño de la Copa de Europa, con el Real Madrid derrotando por 7-3 al Eintracht.

Era 1960 y fue la quinta Copa de Europa ganada por el equipo blanco y muchos especialistas consideran que fue una de las mejores de toda la historia de un torneo que con los años se ha convertido en la competición de clubes más importante del planeta.

El partido, además, fue seguido por 70 millones de personas a través de la televisión, un récord entonces.

Pero ese encuentro supuso también el final de una era, la primera gloriosa del Real Madrid, que ganó las cinco primeras ediciones del torneo continental y dominaba el fútbol europeo, representada en sus dos grandes estrellas, el argentino Alfredo Di Stefano y el húngaro Ferenc Puskas, que tenían ya 33 años.

Dos jugadores que entrarían en el eterno debate por decidir el mejor futbolista de la historia si hubiesen vivido en una época, como ahora, en la que se transmiten por televisión muchos más partidos.

Aquel Real Madrid tenía otras estrellas, como el extremo Francisco Gento, que en 1966 ganaría con el equipo blanco la 6ª Copa de Europa, un hito que no ha sido igualado, el defensa José Emilio Santamaría y el capitán José María Zárraga, pero Di Stéfano y Puskas fueron los primeros 'Galácticos'.

- 4 goles de Puskas y 3 de Di Stefano -

Para 'La Saeta Rubia' fue el quinto título en otras tantas finales, mientras que para 'Pancho' Puskas, que había fichado por el Real Madrid en 1958 y se había perdido la final anterior contra el Stade de Reims por una lesión, fue la única que pudo jugar (la de 1966 también se la perdió por lesión).

Quizá por ello, el húngaro recordaría en una entrevista convertida en el libro 'Puskas sobre Puskas' lo nervioso que estuvo en aquel partido.

"Tenía 33 años. Tenía un mal presentimiento, un fuerte dolor de estómago en el vestuario antes de jugar. Pensaba: 'Ya no tienes 20 años, ¿estás preparado para esto?'".

El fornido delantero Richard Kress puso en ventaja a los alemanes occidentales a los 18 minutos de juego, pero entre Di Stefano y Puskas anotaron los siguientes seis goles de la final.

"Entré en la cancha y pensé: 'Puedo hacerlo. Sé cómo hacerlo y quiero hacerlo'. Así fue cómo pude jugar siendo un futbolista veterano", recordaba Puskas, que se retiró en el Real Madrid a los 39 años.

El juego de pases y constante movimiento de los jugadores permitió al Real Madrid remontar rápidamente, con dos goles de Di Stefano en los minutos 27 y 30.

"El tipo de fútbol que han practicado hace de ellos el mejor equipo que el mundo haya conocido nunca", diría el comentarista de la BBC Kenneth Wolstenholme.

Tras esos goles, el juego del Real Madrid fue incluso más fluido y Puskas decidió el título con cuatro goles en los siguientes 26 minutos, comenzando con un zurdazo casi sin ángulo en el descuento de la primera parte.

"Fue uno de esos momentos maravillosos en los que todo el equipo juega brillantemente y alcanzas algo parecido a la perfección futbolística", diría Puskas.

"No pudimos salir de Glasgow. Necesitamos un día para salir. Nos llevaron por el centro de la ciudad y todo el mundo nos felicitaba y nos vitoreaba. Hubieses pensado que había sido su equipo el que había ganado", añadió el húngaro.

"Al menos por unos días, la vida fue perfecta. Un partido maravilloso", insistió.

- Primera Intercontinental -

Uno de los espectadores más jóvenes presentes en las gradas fue Jimmy Johnstone, leyenda del Celtic y ganador de la Copa de Europa en Lisboa en 1967, que entonces tenía solo 15 años y jugaba en el equipo juvenil del club escocés.

"El partido tuvo una gran influencia en mi carrera", aseguró después Johnstone. "Nunca había visto un fútbol como aquel y nunca lo volví a ver".

Semanas después, el Real Madrid conquistaría la primera edición de la Copa Intercontinental ante el Peñarol de Montevideo.

Di Stefano jugó en el Real Madrid hasta 1964 y Puskas lo haría en 1966, pero 1960 representó la cima para ambas estrellas y ante una audiencia millonaria pudieron convertir el fútbol en un sueño.

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