Los servicios aduaneros de Hong Kong anunciaron el jueves el descubrimiento de un contrabando de 26 toneladas de aletas de tiburón pertenecientes a unos 38.500 escualos, una incautación récord que ilustra la demanda todavía muy fuerte de este producto en la antigua colonia británica.
Las aletas se encontraban en dos contenedores procedentes de Ecuador. "Había 13 toneladas en cada contenedor, mientras que el anterior récord fue una incautación de 3,8 toneladas en 2019", dijo a los periodistas Danny Cheung, un oficial de aduanas local.
La mayoría procedían de tiburones zorro o sedosos, dos especies vulnerables, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Un hombre de 57 años fue detenido y puesto en libertad bajo fianza.
Las poblaciones de tiburones fueron diezmadas en las últimas décadas, sobre todo por la pesca para el consumo. La recuperación de aletas suele consistir en la pesca de peces, el corte de las mismas y la liberación de los peces mutilados al agua.
Las aletas secas se venden a precios altos para ser utilizadas en sopas muy populares en el sur de China.
La venta y el consumo de aletas de tiburón no son ilegales en Hong Kong, pero los comercios deben tener una licencia.
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