El confinamiento agrava la miseria de los sintecho en Moscú

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Hombres y mujeres hambrientos entran en una carpa mal iluminada, el "hangar", uno de los pocos lugares de Moscú que atienden a los sintecho. "Sólo dos personas por mesa por favor", dice Valentina, una voluntaria con bata, guantes y mascarilla. "No se amontonen", insiste.

Afiliado a la poderosa iglesia ortodoxa rusa, este establecimiento financiado principalmente con donaciones puede servir a 100 personas al día. El número de sintecho en Rusia aumenta debido al confinamiento y a sus consecuencias económicas.

Desde el comienzo de las medidas de lucha contra la epidemia de coronavirus, el número de personas que buscan una comida caliente en el "hangar" ha subido a 500 algunos días, explican los voluntarios.

"La caída del número de personas en las calles ha sido un golpe enorme para los sintecho", afirma el coordinador del "hangar", Roman Skorosov.

Los empleados de restaurantes y cafeterías solían dejarles las sobras sin vender, un gesto de caridad que no es posible desde que cerraron a finales de marzo debido a la COVID-19.

"Hay muchos nuevos sintecho. Personas que realizaban trabajos ocasionales sin contrato y que vivían en hoteles baratos terminaron en la calle", afirma Skorosov.

- Dormir en los trenes -

Vladimir Petrovski, que duerme en la calle desde hace años, solía buscar refugio en las tres estaciones de ferrocarril de Moscú. "Un apartamento de tres dormitorios", bromea.

Ahora es imposible porque las restricciones reforzaron el control en las estaciones y los parques durante el confinamiento.

Hoy en día Vladimir tiene que infiltrarse en un tren de cercanías nocturno que sale de Moscú y en otro por la mañana para volver, una estrategia que le permite dormir unas cuatro horas.

Según los voluntarios, la policía multó a algunos sintecho porque no tenían el pase especial del ayuntamiento para controlar los movimientos de los habitantes.

Vladimir Petrovski, de 67 años y originario de Ucrania, afirma que una vez la policía le pidió el pase, pero le dejaron marcharse tras una llamada de atención.

Este sistema imposibilita viajar en transporte público a quienes no tengan el documento, fácil de obtener para una persona con acceso a internet, a diferencia de muchos sintecho.

"¿Cómo puedo hacer un pase si ni siquiera tengo pasaporte?", pregunta Vladimir, quien asegura que también es más difícil conseguir comida, debido a que algunos grupos que ayudan a las personas sin hogar han sido blanco de la policía.

- 15.000 sintecho -

Cuatro voluntarios de un proyecto caritativo que llevaba comida caliente a la zona de la estación de trenes de Kursk en Moscú fueron arrestados la semana pasada, afirma su coordinador, Oleg Olkhov.

"Se les acusa de generar aglomeración y fueron multados", dice, asegurando que continuarán distribuyendo comida: "La piden el doble de personas que de costumbre", afirman.

Cuando las autoridades ordenaron el confinamiento en marzo, Alania Jurkina contactó con el ayuntamiento para pedirles que elaboraran una estrategia para ayudar a las personas sin hogar a aislarse.

Al frente de la organización benéfica Casa de los Amigos, Jurkina recibió una respuesta un mes más tarde. Le dijeron que el ayuntamiento gestiona un refugio con capacidad para 1.000 personas, que acoge principalmente a moscovitas.

Pero "Moscú tiene unos 15.000 sintecho", señala, y muchos de ellos no son de la ciudad. "No es culpa suya si en Rusia hay que venir a Moscú para encontrar trabajo", protesta.

Alania Jurkina ofrece a las personas sin hogar camas en hoteles baratos que suelen atender a los trabajadores pobres. Unos días después del lanzamiento del proyecto, había 200 nombres en la lista de espera.

Ella ya no quiere perder el tiempo con el ayuntamiento: "Han olvidado que los sintecho existen".

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