NUEVA YORK (AP) — Las autoridades federales de salud estadounidenses están bajo intensa presión de comenzar a publicar detalles de la propagación del coronavirus en los asilos de ancianos, donde han ocurrido gran cantidad de infecciones y muertes.
Expertos en salud pública han denunciado la falta de transparencia en ese sentido, afirmando que la difusión de tales detalles podría alertar a las comunidades vecinas, informar a los angustiados familiares y ayudar a determinar dónde son más necesarias las pruebas y otras medidas sanitarias.
“Es un principio fundamental de la salud pública: rastrear un contagio, estudiarlo, aprender de él”, estimó David Grabowski, experto en políticas de salud pública en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
Añadió que es difícil confiar cabalmente en la capacidad de las autoridades para contener el virus si no están rastreando su origen y sus causas.
Semejante medida por parte de la agencia que administra los 15.000 hogares de ancianos en Estados Unidos es vista como de primera necesidad, si se toma en cuenta que un asilo en el estado de Washington fue el primer foco del coronavirus en el país, y que la crisis ya ha llevado a algunas instalaciones de ese tipo a ser totalmente desalojadas.
Debido a que el gobierno federal no ha divulgado cifras sobre los asilos de ancianos, The Associated Press ha llevado su propio conteo en base a informes de prensa y los departamentos de salud de cada estado. Según ese sondeo, han ocurrido 4.412 muertes por coronavirus en esas instalaciones, comparado con 450 hace apenas dos semanas.
Muchos estados han agravado la incertidumbre al difundir solamente los totales de infecciones y defunciones sin revelar detalles sobre focos específicos. El principal ha sido el estado de Nueva York, donde han ocurrido más de 2.200 fallecimientos en hogares de ancianos _ el 20% de los fallecimientos totales del estado_ pero que hasta ahora se ha negado a revelar detalles sobre focos específicos, alegando razones de privacidad.
El comisionado de salud de Nueva York, Howard Zucker declaró esta semana que incluso publicar las cifras de cada hogar de ancianos violaría la privacidad de los residentes, que está protegida bajo la ley federal.
“El tema aquí es que, como he dicho anteriormente, esa es su casa. El asilo es el hogar de estas personas”, afirmó Zucker.
Pero otros expertos rechazan esa postura.
“Es simplemente escandaloso no decirle al público en qué instalaciones se ha propagado el virus”, señaló Charlene Harrington, profesora emérita de la Universidad California en San Francisco y antes funcionaria de salud de ese estado.
“Incluso hay miembros de personal que no lo saben. Lo están escondiendo por razones de dinero y eso es terrible”, añadió.
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Contribuyeron a esta nota el especialista en investigaciones de The Associated Press Randy Herschaft en Nueva York, además de los reporteros Bernard Condon en Nueva York y Marina Villanueve en Albany, Nueva York.