El regreso virtual de la IndyCar al Michigan International Speedway se asemejó en su comienzo a lo ocurrido en la carrera U.S. 500. Los astros actuales reaccionaron inadecuadamente ante la bandera verde, lo que provocó una colisión aparatosa.
El accidente en los primeros segundos de la Chevrolet 275, en su modalidad virtual, dio al evento del sábado cierto toque de nostalgia. Cuando la CART se fracturó y la IndyCar nació, las escuderías de esa primera serie boicotearon las 500 Millas de Indianápolis.
En vez de disputarla, compitieron en Michigan. La carrera alterna de 1996 comenzó con una colisión múltiple que simplemente evidenció lo absurdo del cisma en las carreras estadounidenses de monoplazas.
Así que, cuando varios vehículos chocaron antes de llegar siquiera a la línea virtual de largada, la IndyCar buscó fugazmente el botón para reiniciar el videojuego.
“Sigan con nosotros, chicos”, imploró el piloto Conor Daly en su servicio de “streaming”, mientras los organizadores de la competición iRacing buscaban resolver el caos. “Va a ser maravilloso, una vez que los autos de McLaren se han estrellado”.
Restablecer el orden tardó casi tanto como si el choque hubiera sido real. Algunos pilotos pidieron a los controladores de la carrera demorar la nueva bandera verde, de modo que pusieran hacer las reparaciones virtuales y reincorporarse a la competición.
La de Michigan fue la primera pista ovalada que se ha empleado en la temporada virtual de la IndyCar, que quedó como única alternativa ante la parálisis provocada por la pandemia de coronavirus.
“Nunca me había sentido tan estresado en un bólido”, dijo el francés Pagenaud tras competir desde su simulador. Su esposa le entregó una botella de champaña luego de ganar la competición.
Como invitado, participó Dale Earnhardt Jr., quien es ávido seguidor de las carreras virtuales y nuevo nominado al Salón de la Fama de la NASCAR.