Tiger Woods se siente fuerte y en buena forma para competir por otra chaqueta verde. Podía sentir la adrenalina fluyendo, junto con una extraña sensación.
Estaba malhumorado.
En lugar de volar al Augusta National para el Masters esta semana, estaba en su casa en Florida, donde la única competencia por una chaqueta verde era una de putting con su hijo de 11 años, Charlie.
“Me sentí energético, reamente vivo, eléctrico y un poco irritable y no sabía lo que estaba sucediendo”, dijo Woods en una entrevista con GolfTV difundida el jueves. “Y mi cuerpo, subconscientemente, sabía que debería estarme preparando para irme y comenzar a jugar en el Masters”.
“Mi cuerpo estaba listo y yo no sabía por qué estaba actuando de esa manera”, dijo. “Es una locura”.
La entrevista, grabada el miércoles con un canal con el que tiene un contrato de patrocinio, fue su primera desde la ronda final del Genesis Invitational en febrero. Woods decidió no jugar en los cuatro torneos siguientes porque dosificar su espalda. Y entonces la pandemia de COVID-19 obligó a suspender el golf y otros deportes.
Woods ha estado en casa con sus dos hijos y su novia, montando bicicleta como ejercicio, jugando golf ocasionalmente en el Medalist Club y teniendo duelos de putting con Charlie, con la chaqueta verde para el ganador.
Es otro recordatorio de los tiempos que se viven. Va a ser el tiempo más largo que un campeón del Masters ha mantenido la chaqueta más famosa del golf en su casa. Woods no tendrá que dejarla en su casillero en Augusta National hasta que regrese para defender su cetro. Y eso no ocurrirá antes de noviembre, como mínimo.
“No es la forma en que me habría gustado quedarme con la chaqueta por un largo tiempo”, dijo Woods. “Yo quería salir y competir y ganarla de nuevo, como lo hice en el 2002. Pero no es una circunstancia normal, no es un mundo normal. Es un ambiente muy cambiante y es muy diferente para todos. Afortunadamente, pudiéramos tener un Masters en noviembre y jugar entonces. Parece que estaré defendiendo entonces, si con suerte todo resulta”.
Mientras tanto, comenzó a jugar por la chaqueta con Charlie al arranque del año, aprovechando que la tenía en casa.
“No sé si podré defenderla, no sé si podré ganarla de nuevo, pero aprovechamos el momento para divertirnos un poco con ella”, dijo Woods. “Ocasionalmente, ha ido a parar a su closet. Mayormente se ha quedado en el mío. Pero el hecho es que él ha logrado ganarla _ porque no se regalan victorias en esta familia _ ha sido bueno verle burlarse de mí y lucir la chaqueta, ponerla en su closet, donde él dice que debe estar”.