BERLÍN (AP) — El gobierno de Qatar afirmó el martes que ha implementado medidas amplias para proteger a los trabajadores inmigrantes ante el coronavirus, después de que un documental alemán destacó que las obras de construcción de infraestructura para el Mundial continúan y conllevan el riesgo de infecciones.
Mediante un comunicado que recibió The Associated Press, el gobierno aseguró que proporciona atención gratuita a la salud y garantías salariales a todos los trabajadores afectados por el virus. Añadió que lleva diariamente un cargamento de comida y equipo protector al área industrial donde residen los trabajadores inmigrantes.
La respuesta llegó después de que el documental informó que escaseaba la comida para los trabajadores, quienes enfrentaban además un mayor riesgo de infecciones al mantenerse hacinados dentro de una parte que se ha declarado en cuarentena en el distrito industrial cercano a Doha.
Las tiendas minoristas y las sucursales bancarias en los centros comerciales mantienen sus puertas cerradas, mientras Qatar busca contener el virus. Este país del Golfo Pérsico ha reportado más de 1.800 casos confirmados del padecimiento COVID-19, con unas 130 recuperaciones y cuatro muertes.
Pero el trabajo en las obras de construcción prosigue mientras Qatar se prepara para albergar el Mundial en 2022. Los trabajadores inmigrantes han encabezado estas obras.
Al igual que otras naciones árabes, Qatar depende de los trabajadores extranjeros para construir sus colosales proyectos y autopistas. Estos trabajadores aceptan los trabajos para devengar salarios que jamás podrían obtener en sus naciones, aunque se han reportado abusos y maltratos por años.
Muchos trabajadores viven en viviendas repletas, acondicionadas apenas de dormitorios colectivos.
El gobierno qatarí informó el martes a The Associated Press que “1.000 camiones cargados de víveres entran diariamente en el Área Industrial”. Añadió que los trabajadores reciben comida, agua, mascarillas, guantes y desinfectante para manos.
La pandemia de COVID-19 llevó a que el Estado cerrara el mes pasado una zona del Área Industrial, en un intento por evitar que el virus se siguiera propagando. Trabajadores afectados dijeron al canal alemán ARD que, en términos efectivos, están encarcelados en la zona, con poco que comer y casi nula protección frente al virus.
El distanciamiento social es imposible para estos trabajadores.
Imágenes grabadas mediante teléfonos mostraron los estantes vacíos en los supermercados. Varios trabajadores corrían para recibir víveres distribuidos por el gobierno.
ARD informó que había hablado con trabajadores de Nepal, Bangladesh y varios países africanos. Todos solicitaron permanecer anónimos por el miedo a represalias tras revelar sus condiciones.
Algunos expresaron temor de que se les negara su salario.
El gobierno qatarí dijo a la AP que había instalado centros especializados de salud para atender a los pacientes con COVID-19 en el Área Industrial. Añadió que contaba con tres retenes para realizar pruebas y revisiones.
La atención sería gratuita, y “aquéllos que no tengan una visa valida de trabajo serán también tratados sin costo y sin miedo a detenciones o sanciones financieras”.
El gobierno se comprometió a “garantizar que todos los residentes que están en cuarentena o que reciben tratamiento obtengan sus salarios completos a tiempo”.
Añadió que limitaba el número de gente en los dormitorios a cuatro, y aplicaba medidas de distanciamiento social en el trabajo, “organizando por etapas la entrada y salida de trabajadores... limitando la capacidad de todos los autobuses a 50 personas y garantizando que estén disponibles mascarillas y desinfectantes de manos en el lugar de trabajo”.