Desde que cerró la escuela de sus hijas por el coronavirus, Mariana Luna se ha visto obligada a desempeñar un papel central en su educación en casa, igual que millones de padres. Pero antes de revisar sus tareas, su hija de nueve años tiene que explicarle en qué consisten.
Oriunda de México, Luna usa el servicio de traducciones de Google en su teléfono y cuando no entiende algo, le pide a su hija que le traduzca las instrucciones y los correos electrónicos de sus maestros.
“Para ser sincera, me cuesta mucho esto, sobre todo por el idioma”, dijo Luna, cuyas hijas asisten a una escuela de North Las Vegas, en Nevada. “Mi esposo habla un poco más de inglés y cuando viene del trabajo él las ayuda, pero yo no trabajo y estoy en casa, y no hablo inglés tan bien”.
Las clases por internet plantean desafíos especiales a los chicos que están aprendiendo inglés y a sus padres, que tienen que supervisarlos a pesar de su limitado manejo del idioma y del sistema educativo de Estados Unidos.
Había más de 4,8 millones de niños que están aprendiendo inglés en las escuelas públicas del país en el 2016, casi una décima parte del total de estudiantes, según las cifras más recientes del Departamento de Educación. Si bien algunos maestros toman medidas para ayudarlos, se teme que muchos de estos estudiantes se retrasen mientras dure el encierro por la pandemia.
Obed Acosta lleva un año viviendo en Estados Unidos, en Baltimore, y le cuesta entender cuáles son sus tareas. Un programa para niños inmigrantes ofrece alguna ayuda, pero sus padres no son demasiado apoyo.
“Les gustaría ayudarnos con nuestras tareas, pero es muy difícil por el idioma”, dijo Obed. “Tal vez entiendan más el inglés hablado, pero si tienen que leerlo, no lo comprenden bien”.
En su casa ve películas con subtítulos en español para mejorar su inglés. Y a pesar de sus limitados conocimientos del idioma, ayuda a su hermanito y su hermanita con sus tareas.
Numerosos maestros de niños que están aprendiendo inglés ya venían diciendo que a menudo no tienen acceso a la internet en sus casas, lo que complica su educación, según un informe del 2019 del Departamento de Educación. Además, a veces los programas para niños que están aprendiendo inglés no están disponibles en la internet.
Muchos maestros buscan formas de sortear estos inconvenientes.
Sofía Halpin, profesora de artes del lenguaje de una escuela de Denver con numerosos alumnos inmigrantes, se incorporó este año a un programa que asigna asistentes a los maestros que deben asegurarse de que hay lecciones disponibles en español. Halpin y su asistente están preparando instrucciones en ambos idiomas, para alumnos y para padres.
“Muchos de mis alumnos hablan bien inglés, pero sus padres no. Y los padres son las personas a las que deberían acudir si necesitan ayuda”, dijo Halpin. “Es importante que puedan entender en qué consisten las tareas”.
Halpin sabe que este programa no resuelve todos los problemas de estas familias que tratan de aprender a manejarse en un sistema escolar desconocido, especialmente cuando los padres no están siempre disponibles ya que trabajan en ramos considerados indispensables y siguen ausentándose de sus casas.
“Me imagino que las comunicaciones con los maestros van a ser complicadas”, expresó Halpin. “Tal vez no se sientan cómodos contactando a maestros que no se han comunicado con ellos en el idioma que manejan o que no conocen”.
El cierre de las escuelas amenaza con agravar un fenómeno conocido como “el retroceso del verano”, en el que los alumnos pierden terreno durante el receso del verano. Estudios indican que el aprendizaje de inglés puede resentirse si los estudiantes se pasan el verano hablando otros idiomas, no inglés, según dijo Joshua Lawrence, investigador de la Universidad de California, en el 2012. Señaló que las conclusiones del estudio que hizo entonces plantean serias preocupaciones respecto a la situación actual.
Una mañana reciente, George Bárcenas observó por la ventana de su oficina en Santa Rosa, California, cómo muchos alumnos iban a la escuela a recoger sus desayunos y sus almuerzos. Bárcenas, director de tecnología del distrito escolar de Bellevue Union, dijo que el objetivo inmediato es satisfacer necesidades básicas de los estudiantes mientras se trabaja en un plan de enseñanza a largo plazo.
Mientras tanto, los alumnos del distrito --el 91% de los cuales son no blancos, sobre todo hispanos-- se llevaron a sus casas una serie de tareas. Bárcenas apeló a las redes sociales para informar sobre la aplicación de traducciones de Google, que usa la cámara del teléfono para traducir textos y puede ayudar a estudiantes y padres que no comprenden bien las tareas.
“En general hemos podido traducir todo”, dijo Bárcenas. “Por ahora hemos entregado material. Hay que buscar formas de ayudar más. Esta es una forma rápida de hacer que entiendan (las tareas). ‘Esta es la tarea. Esto es lo que quiere el maestro’”.
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García Cano informó desde Wahington. Thompson desde Buffalo, Nueva York.