CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Un guatemalteco que estaba en un centro de detención migratoria en el sureste de México murió durante una protesta de las personas allí para exigir el regreso a sus países porque temían que las condiciones de encierro les pusieran en riesgo de contraer el coronavirus.
Es el segundo intento de motín de migrantes detenidos en México desde que comenzó la emergencia sanitaria por la enfermedad COVID-19.
En un comunicado el miércoles por la noche, el Instituto Nacional de Migración indicó que un grupo, en su mayoría de migrantes hondureños, incendió colchonetas en las instalaciones en Tenosique, estado de Tabasco, para presionar con el fin de que sean devueltos a su país de origen luego de que las fronteras fueron cerradas debido a la pandemia. El motín ocurrió el martes por la noche.
El fallecido, un guatemalteco de 42 años, murió por asfixia tras el incendio y otros 14 migrantes tuvieron que ser hospitalizados por inhalación de humo, aunque 11 ya fueron dados de alta.
Tras el suceso se fugaron 27 personas, informó el INM, y dijo que el centro fue desalojado y los migrantes trasladados a otros albergues. Los que ocasionaron el incendio fueron puestos a disposición judicial.
La casa del migrante de la localidad, llamada “La 72”, indicó que las protestas también fueron motivadas por las condiciones de hacinamiento en el centro de detención y señaló que, pese al fuego, las autoridades se negaron a facilitar la evacuación de los migrantes, entre los que había mujeres y niños.
La oficina de las Naciones Unidas en México emitió una nota de prensa en la que lamentó lo ocurrido y pidió a las autoridades el esclarecimiento de los hechos. Indicó también que el fallecido era solicitante de asilo y se encontraba detenido junto con su esposa, su hijo, su nuera y su hermano.
Personal de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Tenosique acudió a la estación migratoria después del suceso y gestionó el traslado de 42 solicitantes de asilo a un albergue, desde donde podrán continuar su procedimiento ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados.
La cancillería guatemalteca informó que, una vez que el cadáver sea entregado a la familia, ayudará en las gestiones de repatriación del cuerpo.
Con el fin de evitar brotes de COVID-19, el Instituto Nacional de Migración dice haber reforzado la vigilancia y la higiene en las estaciones migratorias.
La semana pasada, varias decenas de migrantes protagonizaron otra protesta en el interior de la estación migratoria de Tapachula, el centro de detención de migrantes más grande de México, para exigir ser puestos en libertad o devueltos a sus países de origen también por temor a contraer el coronavirus.
En un breve comunicado emitido entonces, el INM dijo estar en conversaciones con autoridades centroamericanas para organizar retornos asistidos, los cuales se han complicado debido al cierre de las fronteras de los países centroamericanos.
La ONU ya había pedido que se libere a todos los migrantes “sin bases legales” para permanecer retenidos, ya que ante la pandemia su vulnerabilidad ha crecido, pero el miércoles la ACNUR México insistió en agilizar la salida de los solicitantes de asilo, un proceso en el que esta entidad colabora habitualmente con las autoridades mexicanas pero que “cobra mayor importancia en este momento por la emergencia sanitaria”.