WASHINGTON (AP) — El enorme paquete de rescate económico aprobado en Estados Unidos para ayudar a las empresas y gobiernos afectados por la crisis del coronavirus conlleva reglas que buscan garantizar que el dinero sea empleado juiciosamente para estimular la economía.
Sin embargo, abundan las sospechas de que tales normas lograrán realmente evitar los abusos que caracterizaron los rescates financieros del pasado.
A cambio de recibir los fondos, que podrían ser convertidos en 4,5 billones de dólares por la Reserva Federal, las compañías tendrían que acatar un tope a la compensación que otorgan a sus altos ejecutivos. Además, estarían obligadas a mantener su nómina intacta o por lo menos a no despedir más del 10% de su personal por varios meses. Y tendrán que atenerse a restricciones sobre recompras de acciones y distribución de dividendos.
Sin embargo, podría haber algunos vacíos legales.
“En teoría, parece que aprendimos nuestra lección”, estimó James Angel, profesor de finanzas de la Escuela McDonough de Administración de Empresas de la Universidad de Georgetown.
“Pero habrá que fijarse en los detalles... hay bastante espacio de maniobra”, agregó.
La legislación establece un sistema de supervisión sobre cómo el dinero puede ser usado por las empresas. El nivel de supervisión es considerado superior al creado para el paquete de rescate aprobado tras la crisis financiera del 2008-2009, que muchos consideran fue una entrega injusta de abultadas sumas a las mismas corporaciones cuya conducta fue la que propició la crisis.
Como parte del paquete de 2,2 billones de dólares aprobado actualmente, una comisión gubernamental y un panel nombrado por el Congreso vigilarán el reparto de la asistencia y la manera en que las empresas están acatando las restricciones estipuladas.
Pero el presidente Donald Trump casi inmediatamente le restó importancia a esas restricciones. Tras firmar el paquete de ayuda el viernes, Trump emitió un comunicado que parecía no reconocer la autonomía de la recién creada inspectoría. Afirmó que no reconocería el derecho de esa entidad de reportarle al Congreso sin “supervisión presidencial”. La declaración de Trump incluso disputó otros aspectos de la supervisión, como por ejemplo, que el Congreso tiene que ser consultado para la asignación de fondos.
De cualquier manera, el paquete de asistencia es una descomunal suma de dinero, por mucho el mayor paquete de ese tipo para rescates económicos por crisis. Unos 425.000 millones de dólares serán usados por el Departamento del Tesoro para financiar los programas crediticios de la Fed como créditos a pequeñas y medianas empresas. Debido a que las compañías, estados y municipalidades probablemente pagarán esas deudas, la Fed podrá usar esos fondos como garantías para otorgar unos 4 billones de dólares en créditos netos.
“Un programa de semejante escala y magnitud, en una situación tan fluctuante, exigirá un estricto escrutinio”, estimó Phil Angelides, ex tesorero del estado de California que fue director del panel legislativo a cargo del paquete de rescate de la crisis financiera del 2008-2009.
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