Por Julia Love
CIUDAD DE MÉXICO, 25 mar (Reuters) - Docenas de migrantes en el centro de detención más grande de México, en la frontera con Guatemala, protestaron esta semana por temor a contraer el coronavirus en la instalación, algo que los defensores de derechos humanos han denunciado por mucho tiempo debido al hacinamiento y la falta de salubridad.
La protesta chocó con una violenta represión por parte de la policía federal y la guardia nacional, según organizaciones mexicanas de derechos humanos.
El Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos, en el sureste de México, denunció el miércoles la respuesta de la policía a la manifestación en el centro de detención Siglo XXI, en la ciudad sureña Tapachula, diciendo que golpearon a los migrantes y los trasladaron a un lugar desconocido.
"Condenamos enérgicamente todos los actos de violencia y uso de la fuerza desproporcionada en contra de hombres, mujeres y adolescentes en detención migratoria", dijeron los organismos de derechos humanos en un comunicado.
El relato es producto de entrevistas con testigos y víctimas, dijo un representante del colectivo. Reuters no pudo verificar de manera independiente los eventos descritos.
La Guardia Nacional no respondió a una solicitud de comentarios por parte de Reuters.
El Instituto Nacional de Migración (INM), que dirige la instalación, dijo más tarde en un comunicado que "se busca implementar acciones para que las personas migrantes de origen centroamericano, alojadas en estaciones migratorias y estancias provisionales del instituto, puedan regresar de manera segura a sus lugares de origen".
Los detenidos en Siglo XXI dijeron a Reuters el año pasado que había inmigrantes que permanecían allí durante largos períodos sin información sobre sus casos al tiempo que denunciaron sobrepoblación severa, escasez de agua y alimentos, y atención médica limitada.
El centro tiene una larga historia de abusos que han sido registrados por ONG, incluyendo el defensor de los derechos humanos del gobierno mexicano.
Las protestas en las instalaciones a veces han sido bruscas, y los grupos de seguridad han defendido sus intervenciones como una fuerza necesaria para restablecer el orden.
A medida que aumentan los casos de coronavirus en México, crecen las preocupaciones sobre cómo prevenir la propagación de la enfermedad entre los miles de migrantes que se han visto perjudicados por la línea dura de Estados Unidos en sus políticas de inmigración. Los centros de detención mexicanos son vistos como particularmente vulnerables.
"No cumplen con los estándares mínimos de salud, incluso en el mejor de los casos", dijo Daniel Berlin, subdirector de la organización de derechos humanos Asylum Access. "No me sorprende en absoluto que la gente esté extremadamente asustada".
Asylum Access escribió al Instituto Nacional de Migración la semana pasada preguntando sobre su plan para contener el coronavirus en las instalaciones, pero aún no ha recibido una respuesta, explicó Berlin, quien dijo no tener detalles sobre la situación en el centro de Tapachula.
En las últimas semanas, algunos activistas han suspendido sus visitas a los centros de detención como precaución contra el coronavirus, "lo que deja a las personas aún más vulnerables", dijo Berlin.
El conflicto en Siglo XXI surgió el lunes cuando entre 50 y 70 inmigrantes, principalmente de Honduras y El Salvador, se reunieron para protestar por los largos períodos de detención, dijeron los grupos de derechos humanos.
"Las personas manifestaron temor por contraer el virus COVID-19 y anunciaron su intención de iniciar una huelga de hambre si no se les ponía en libertad", relataron. La Guardia Nacional y los oficiales del INM usaron macanas, mangueras de agua, gas pimienta y pistolas paralizantes contra los migrantes, según los activistas.
(Reporte de Julia Love y Lizbeth Díaz, escrito por Sharay Angulo y Raúl Cortés Fernández. Editado por Javier Leira)