NUEVA YORK (AP) — Tiendas de todos tamaños están contratando más empleados, pagando tiempo extra y limitando las compras de ciertos artículos de alta demanda mientras pasan problemas para reabastecer sus anaqueles, que han quedado vacíos ante las compras de pánico en respuesta a la pandemia de coronavirus.
Amazon señaló el martes que únicamente aceptará en sus almacenes cargamentos de proveedores de equipo de limpieza, suministros médicos y artículos del hogar durante las próximas tres semanas para satisfacer la creciente demanda. Contratará a 100.000 personas en todo Estados Unidos para mantener el paso de las enormes órdenes conforme más personas se quedan en casa y compran a través de internet. También aumentará temporalmente 2 dólares los salarios por hora hasta finales de abril para los empleados en ese régimen.
Muchos comercios también están limitando las compras de productos como desinfectantes Purell, aerosoles Lysol y sopas enlatadas para que haya disponibilidad. Y compañías como Walmart y Wegman también están limitando los horarios al público para darles a los empleados tiempo para reabastecer las repisas.
Las medidas se presentan en momentos en que ejecutivos de la industria insisten en que las cadenas de suministro siguen siendo sólidas a pesar de que los clientes frustrados se presentan a las tiendas y a veces salen con las manos vacías.
La Federación Nacional de Minoristas y la Asociación de Líderes de la Industria Minorista exhortaron el domingo a los compradores a controlarse, pidiéndoles que si no necesitaban un artículo por las próximas dos o tres semanas lo dejen para alguien que sí lo necesite.
“El acumulamiento y las compras de pánico crean brechas innecesarias para que alguien que realmente necesita un producto pueda encontrarlo de nuevo en los anaqueles”, señalaron los organismos en un comunicado. “Esto es particularmente importante para nuestros vecinos más vulnerables: Los ancianos y aquellos que lidian con otros problemas de salud”.
Algunas de tiendas como Stop & Shop, una cadena de comestibles en el noreste, y Woolworth Australia han implementado horarios especiales para los ancianos, que han evitado las concentraciones de personas que los vuelven susceptibles al COVID-19, la enfermedad que ha infectado a casi 130.000 personas en todo el mundo, causando más de 4.800 decesos. Jim Barth, dueño de una carnicería familiar en New Providence, Nueva Jersey, inició recientemente un servicio de entrega a domicilio para clientes enfermos o de edad avanzada, pero dejó de aceptar órdenes a través de internet después de verse abrumado por clientes que intentaban evitar las grandes muchedumbres.
En Francia, el centro de abastos de Rungis, en las afueras de París, alimenta a alrededor de una cuarta parte de la población del país. Al lugar llegan los alimentos de productores de toda Francia -- fabricantes de queso, granjeros, hortalizas y más -- y de otras partes de Europa, para ser distribuidos a supermercados del norte del país. El sitio, que por lo general es un destino popular entre los turistas dispuestos a madrugar, ha permanecido cerrado salvo para los 12.000 empleados.
Las autoridades francesas, al igual que las de otras naciones europeas, aseguran que no hay motivo para que se presente escasez si los clientes compran de forma razonable. Algunos residentes abarrotaron el lunes los supermercados de París en anticipación a un cierre.
El cierre de fronteras para evitar el ingreso de personas infectadas también ha representado problemas en una Europa con fronteras abiertas por diseño. En Eslovenia, que se ubica en el camino de Italia y Austria hacia los Balcanes, los camiones de carga recientemente esperaron más de 24 horas para ser inspeccionados.
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Los periodistas de AP Tom Krisher en Detroit; Jovana Gec en Belgrado, Serbia; Lori Hinnant en París y Frank Jordans en Berlín contribuyeron a este despacho.