Autoridades mexicanas están arrastrando los pies para cerrar fronteras e imponer medidas de contención del coronavirus, en lo que los críticos consideran como una estrategia de alto riesgo impulsada por malos recuerdos que profundizó la recesión del país durante la epidemia de gripe porcina.
Estados Unidos y sus vecinos en América Latina han suspendido vuelos, prohibido reuniones públicas y cerrado escuelas.
En la Ciudad de México, sin embargo, decenas de miles de fanáticos de la música se volcaron a ver a “Guns and Roses” en un festival durante el fin de semana. El presidente Andrés Manuel López Obrador también se fue de gira, abrazando a multitudes de seguidores y besando bebés.
La apuesta es clara: La economía de México se había estancado incluso antes de que el brote de COVID-19 cerrara las fábricas de todo el mundo y el gobierno ha dicho que quiere limitar el daño económico al no reaccionar en exceso.
Algunos científicos mexicanos, al recibir noticias de crecientes cierres en Europa, la ampliación de pruebas en Corea del Sur y las prohibiciones de viajes a nivel mundial, están cada vez más preocupados de que la estrategia de mano blanda de México pueda llevar a una mayor epidemia al final.
“A mí me preocupa mucho que lleguemos a una situación como Italia, que no se tomaron medidas a tiempo y se empezó a ir el número de casos”, dijo Rosa María del Ángel, quien dirige el Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular en el Instituto Politécnico Nacional de México.
En 2009, una nueva cepa de gripe porcina que surgió en México hizo temer una pandemia mundial.
Las autoridades entonces actuaron con rapidez, cerrando la vida pública en la densamente poblada capital, Ciudad de México, y en amplias zonas del país. Las calles silenciosas presagiaban escenas de hoy en día en ciudades en encierro desde China hasta Europa y Estados Unidos.
La enfermedad se contuvo rápidamente y la normalidad se reanudó en semanas, pero según algunas estimaciones la respuesta redujo un punto porcentual la actividad económica de ese año. La economía, que se estaba recuperando de la crisis financiera mundial, terminó 2009 con una contracción de más del 5%.
“MANTENGAMOS NUESTRA CALMA”
La lección no se perdió para los funcionarios que dirigen la respuesta de México en 2020, muchos de los cuales también participaron en la lucha contra la epidemia de gripe porcina. El año pasado la economía mexicana sufrió su primera recesión desde 2009.
“Esta pérdida económica estuvo directamente relacionada en su mayoría con las alteraciones al turismo, al comercio y a los servicios también nacionales”, dijo el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, que era un funcionario de alto nivel del departamento de epidemiología durante la crisis de gripe.
Ese es el "porqué es tan importante con una precisión muy cuidada no anticipar medidas que no corresponde a la magnitud del riesgo, añadió la semana pasada a reporteros López Gatell, quien ahora es la cara pública de la respuesta del gobierno.
El secretario de Hacienda y otros funcionarios de alto rango han expresado el mismo sentimiento, mientras que López Obrador ha dicho que continuará con actividades públicas hasta que López-Gatell le diga que pare.
Esta semana, el gobierno anunció medidas iniciales, incluyendo más pruebas. Recomendó el cierre de escuelas a partir del próximo lunes y la cancelación de eventos culturales de más de 5,000 personas.
Mientras que naciones desde Canadá hasta Perú han suspendido vuelos o limitado la libre circulación, México aún no ha propuesto ninguna restricción para viajar alrededor o dentro y fuera del país.
El turismo representa alrededor de una sexta parte de la economía de México de aproximadamente 1.3 billones de dólares.
López-Gatell dijo el martes que los países de todo el mundo estaban repitiendo el error de México en 2009, tomando decisiones basadas en la ansiedad y la presión social en lugar de la ciencia.
La lección de la epidemia de gripe es que actuar demasiado pronto es contraproducente, dijo. “Actuando responsablemente, no podemos ni debemos tomar medidas que agoten nuestra sociedad. No usemos todas las intervenciones demasiado pronto. Mantengamos la calma”, subrayó.
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