DETROIT (AP) — Cuando el coronavirus interrumpió el flujo de autopartes desde China en los primeros días de enero, la mayoría de los fabricantes de automóviles del mundo estaban listos: previendo una crisis así, se habían preparado para recurrir a otros proveedores y a refacciones que tenían almacenadas.
Ahora enfrentan nuevas y rápidas amenazas que parecen estar fuera de su control: caída en las ventas y obreros enfermos a causa de la propagación de COVID-19 por Estados Unidos y Europa.
El resultado es que la industria automotriz, que ayudó a sacar a la economía estadounidense de la crisis financiera hace más de una década, podría verse obligada a reducir gastos, disminuir la producción en las fábricas o de plano cerrarlas, y recurrir a sus reservas de dinero para capear una pandemia que probablemente empujará al mundo hacia una recesión.
Dado que hay muchos países prácticamente paralizados, cancelación de partidos en las ligas deportivas profesionales y caídas impactantes en los mercados bursátiles, los analistas dicen que el miedo está permeando en las sociedades. Eso presagia una menor confianza de los consumidores y probablemente una disminución en las ventas de automóviles.
“La gente no se está apresurando y diciendo: ‘Ahora es un buen momento para comprar un auto’”, dijo Brian Collie, líder global para el sector automotriz en Boston Consulting Group, una firma de consultoría. “Están diciendo: ‘Esperemos’”.
Hace unos días, la consultora LMC Automotive eliminó casi 4 millones de vehículos de su pronóstico de ventas globales para 2020, un declive de 4,4%, a 86,4 millones. Para Estados Unidos, la proyección disminuyó 3% a 16,5 millones.
Otros ven un panorama aún más pesimista. Adam Jonas, veterano analista de Morgan Stanley, prevé un declive de aproximadamente 9% en Estados Unidos. En una nota a los inversionistas, Jones advirtió que las ventas para el año podrían bajar incluso a 14,5 millones, “por el posible impacto en la demanda que podría derivarse de los temores al coronavirus”. Las ventas del año pasado se ubicaron por encima de los 17 millones.
Jeff Schuster, vicepresidente sénior de LMC, señaló que el pronóstico de su firma se realizó a principios de mes, y que desde entonces las condiciones han empeorado. Agregó que es probable que el pronóstico se actualice a la baja tanto para el mundo como para Estados Unidos.
Garrett Nelson, analista sénior de CFRA, dijo que China es un buen patrón de lo que podría pasar en otros países. Las ventas de autos en China cayeron 44% en los primeros dos meses del año, cuando gran parte del país estaba bajo restricciones de movilidad. En febrero tan sólo, el desplome fue de 82%.
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Las periodistas de The Associated Press Colleen Barry en Soave, Italia, y Angela Charlton en París contribuyeron a este despacho.