Los líderes de la Unión Europea (UE) urgieron este lunes a Turquía a "cumplir" su compromiso de alejar a los migrantes de las fronteras del bloque, durante una discusión "abierta" con el presidente turco que viajó a Bruselas para buscar apoyo en Siria.
El polémico acuerdo alcanzado en 2016 entre la UE y Turquía, que consiguió reducir drásticamente la llegada de refugiados y migrantes a las costas griegas, centró la discusión entre líderes, tras semanas de reproches cruzados sobre su cumplimiento.
"Cada uno tiene que cumplir sus propios compromisos" del acuerdo", dijo en rueda de prensa un serio jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, tras conversar con el líder turco Recep Tayyip Erdogan y la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
La reunión buscaba calmar la tensión entre la UE y Turquía, después de que Erdogan, para lograr el apoyo de los europeos en Siria, decidiera permitir el avance de migrantes en su suelo hacia la frontera con Grecia, en contra del pacto de 2016.
Miles de migrantes se agolpan así en la frontera desde el 28 de febrero, lo que obligó a las fuerzas de seguridad griegas a reforzar sus fronteras y reclamar el apoyo de sus 26 socios europeos ante el miedo a una nueva crisis migratoria como en 2015.
La UE acusa a Turquía de usar a los migrantes "con fines políticos", mientras Turquía, que niega todo chantaje, considera insuficiente la ayuda europea en el marco del pacto. Ambas partes decidieron así mandatar a sus cancilleres a revisar su implementación.
El canciller turco, Mevlut Cavusoglu, y su par de la diplomacia europea, Josep Borrell, deberán así repasar "en los próximos días" el acuerdo para "aclarar la aplicación" y "asegurarse" de que ambas partes tienen la "misma interpretación", explicó Michel.
El movimiento permite ganar tiempo tanto a la UE y Turquía sobre este asunto espinoso, como demuestra la salida rápida de Erdogan hacia Ankara sin hablar a la prensa. Von der Leyen y Michel fueron los únicos en comparecer tras la hora larga de encuentro.
"Tenemos nuestros desacuerdos, pero hemos hablado clara y abiertamente el uno con el otro", aseguró la presidenta de la Comisión, para quien el acuerdo de 2016 "sigue siendo válido" y ahora se trata de "implementar los elementos restantes".
El encuentro "con la UE fue productivo", dijo por su parte una fuente de la presidencia turca, precisando que Erdogan, que horas antes conversó con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, atendería a los medios en el avión de vuelta.
El presidente turco buscaba también con su viaje más apoyo de sus aliados en Siria, donde lanzó el 1 de marzo una ofensiva contra el régimen sirio en la provincia de Idlib (noroeste) antes de cerrar una tregua con su Moscú, aliado de Damasco.
"Esperamos apoyo concreto de todos nuestros aliados en esta lucha llevada a cabo por Turquía con gran autosacrificio y en solitario", dijo Erdogan, pidiendo resultados "sin más demora" y "sin condiciones políticas" previas.
- 1.500 migrantes menores -
Ni la UE ni Turquía precisaron el contenido de su discusión. Sobre los 6.000 millones de euros de ayuda a la atención de migrantes en Turquía, de los que Bruselas comprometió ya 4.700 millones y desembolsó 3.200 millones, Michel aseguró que deben explicarse mejor.
Preguntada sobre si entre las demandas de Erdogan figura la exención de visados para ciudadanos turcos, uno de las quejas de Ankara, Von der Leyen respondió de manera evasiva: "Cada asunto será un tema de discusión, de evaluación".
La UE quería con el encuentro reiterar también su apoyo a Grecia y su mensaje de que sus fronteras están cerradas a la migración irregular, para desactivar una eventual nueva crisis migratoria como la de 2015 que dividió al bloque.
Alemania anunció también este lunes que una coalición de países de la UE "voluntarios" estudia hacerse cargo de hasta 1.500 menores migrantes bloqueados en las islas griegas "para apoyar a Grecia en la difícil situación humanitaria".
Además de Alemania, Luxemburgo, Finlandia, Francia y Portugal expresaron su voluntad de participar en esta iniciativa, bienvenida por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
La ofensiva del régimen sirio, apoyada por Moscú, en la provincia de Idlib (noroeste), último bastión rebelde en Siria, provocó que un millón de personas abandonaran sus casas y Ankara teme que lleguen a su suelo.
Más de 1.700 de migrantes llegaron por su parte a las islas griegas, que se sumaron a los 38.000 que ya están allí hacinados en campos de refugiados en condiciones cada vez más precarias.
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