LA PAZ (AP) — La presidenta interina de Bolivia y candidata Jeanine Áñez pasó un mal momento en su visita a la ciudad de El Alto, bastión político del exmandatario Evo Morales, donde manifestantes rechazaron su presencia y le reclamaron por las muertes ocurridas durante la represión de las violentas protestas del año pasado.
Áñez debió ausentarse el viernes al desfile por los 35 años de la creación de esa ciudad después de los incidentes de la víspera cuando un grupo la silbó y le arrojó huevos y cáscaras tras participar de una sesión de honor por el aniversario de esa ciudad situada a 13 kilómetros de La Paz.
La mandataria no fue impactada por proyectiles, pero debió salir del lugar deprisa. Algunos ministros abandonaron el sitio con chalecos antibalas.
Los manifestantes portaban letreros con nombres de los nueve fallecidos durante las protestas y reclamaban justicia. Los seguidores de Morales murieron a fines de noviembre cuando los militares -por orden de Áñez- retomaron el control de una planta que había sido rodeada para impedir el paso de camiones de combustible.
Una mujer que no se identificó ante los medios y dijo ser familiar de uno de los fallecidos declaró que la protesta era en repudio a las autoridades que “ordenaron la masacre” y al MAS que “nos abandonó”. El Movimiento al Socialismo (MAS) es el partido de Morales, que marcha favorito en las encuestas para los comicios presidenciales del 3 de mayo.
El desfile militar y civil del viernes se desarrollaba con normalidad y un fuerte resguardo policial pero sin la presencia de autoridades nacionales.
“Nadie va a detener el desfile. Reprochamos la intransigencia de grupos pequeños vinculados al Movimiento al Socialismo. Son grupos radicales que se mueven por intereses políticos y buscan generar disturbios”, dijo la alcaldesa Soledad Chapetón.
Los manifestantes reclaman una investigación sobre las muertes. Un informe preliminar de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) indicó que hubo un uso excesivo de la fuerza por parte de policías y militares, pero el gobierno rechazó el informe.
Está pendiente la llegada de expertos de la CIDH para que investiguen las 35 muertes ocurridas en las protestas que siguieron a la renuncia de Morales.
Morales dimitió en noviembre cuando la policía y el ejército le retiraron apoyo después de varias semanas de manifestaciones contra el supuesto fraude en las elecciones presidenciales del 20 de octubre en las que buscada un cuarto mandato y de las que se proclamó ganador.
Tras asilarse en México por un corto tiempo, Morales se refugió en Argentina, desde donde dirige la campaña de su partido.
Los sondeos dan el primer lugar al candidato del MAS, el exministro de Economía Luis Arce, frente a una fragmentada oposición que presentó a varios postulantes. Ocho contendientes están en carrera entre los que sobresale Áñez, de la alianza derechista Juntos.
Áñez es la que más ha crecido en las encuestas y le disputa al expresidente Carlos Mesa -de la centrista Comunidad Ciudadana - el segundo lugar. Si ninguno de los candidatos obtiene más de 50% de los votos o un 40% y al menos 10 puntos de ventaja sobre el segundo más votado, como anticipan las encuestas, habrá una segunda vuelta a mediados de junio.