Las populares corridas de toros y peleas de gallos seguirán existiendo amparadas por ley en Perú, después de que el Tribunal Constitucional desestimara este martes un recurso de animalistas que buscaban prohibirlas.
Los siete magistrados de la máxima instancia judicial determinaron, al cabo de cuatro horas de debates, que la norma que exime a ambos espectáculos tradicionales de la aplicación de la Ley de Protección y Bienestar Animal se ajusta a la carta magna peruana. El fallo es inapelable.
"La norma no ha alcanzado los votos necesarios para ser declarada inconstitucional", declaró la presidenta del Tribunal, Marianella Ledesma, lo que implica que estas actividades seguirán siendo consideradas como expresiones culturales de Perú.
"Es una tradición que se vive aquí y en muchos países, son tradiciones que tienen años, es una cuestión de cultura", dijo a la AFP satisfecho con el fallo el criador de gallos Miguel Yáñez, del distrito limeño de Chorrillos.
Solo tres magistrados, entre ellos Ledesma, votaron en favor de la demanda presentada en octubre de 2018 por María Eguiluz en representación de 5.286 ciudadanos, quienes buscaban "acabar con todo tipo de espectáculo cruel con animales".
Los animalistas necesitaban cinco votos en el tribunal para conseguir proscribir las corridas de toros y peleas de gallos, que llegaron a Perú con los conquistadores españoles en el siglo XVI y hasta ahora son muy populares.
"Se puede afirmar que no existe una 'Declaración Universal de los Derechos de los Animales' que haya sido adoptada por la ONU, ni por la UNESCO", dijo el magistrado Carlos Ramos al exponer un extenso informe jurídico, que luego fue debatido y votado por sus colegas.
- "No ha sido posible" -
En un país que tiene más plazas de toros que estadios de fútbol de antemano parecía improbable que el fallo favoreciera a los animalistas.
"Esperábamos que el tribunal lo hiciera y al final no ha sido posible, es un golpe a la lucha contra la abolición", dijo a la AFP Luis Berrospi, de la Red Internacional Antitauromaquia y coordinador de una ONG peruana.
Sin embargo, indicó que no se quedarán de brazos cruzados y buscarán que el Congreso peruano anule las excepciones de toros y gallos en la ley de protección animal.
Además, Berrospi señaló que llevarán su campaña a los municipios para conseguir que estos espectáculos sean prohibidos a nivel local, partiendo por Lima.
La cuestionada ley de protección de animales, aprobada el 22 de mayo de 2000, excluyó a toros y gallos por considerar que "son parte de espectáculos culturales" en Perú.
Los criadores de toros y gallos celebraron el fallo.
"Para mí no es maltrato animal, para mí (el toro) es un ser que ha sido creado para ello, un ser con un cuerpo hecho para ello y un ser que vive gracias a ello. Si no hubiera las corridas de toros toda esta especie desaparecería", declaró a la AFP el criador Juan Manuel Roca Rey.
- "Muchos entrenan gallos" -
Las corridas de toros culminan con la muerte del animal, lo mismo que las peleas de gallos. En éstas a veces mueren los dos animales enfrentados.
Ambas actividades son legales en algunos países de América Latina, pero están proscritas en otros como el vecino Chile, donde fueron prohibidas tras la declaración de independencia en 1818.
En Perú también estuvieron prohibidas las peleas de gallo un tiempo en el siglo XIX, pero luego fueron nuevamente autorizadas.
Los criaderos de gallos y de toros habían advertido que una prohibición perjudicaría a unos 400.000 peruanos, en particular a familias humildes.
"Hay mucha gente que se dedica a entrenar gallos" de pelea, dijo a la AFP el criador Willow Velásquez.
Perú cuenta con 199 plazas de toros, según cifras oficiales, muy por encima de los 80 estadios de fútbol que tiene el país.
Las corridas de toros nunca han estado prohibidas en Perú, que tiene una gran tradición taurina. La plaza de toros de Acho, en el populoso distrito limeño de Rímac, es una de las más antiguas del mundo (1766).
Además, en el país hay más de 700 "galleras" (coliseos para peleas de gallos).
En su recurso, los animalistas también habían pedido la prohibición de las peleas de toros, una tradición nacida durante el siglo XIX en la región andina de Arequipa y que atrae mucho público en el sur de Perú.
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