Una disputa entre la petrolera estatal mexicana Pemex y Talos Energy ha retrasado las conversaciones para desarrollar un importante yacimiento de crudo, dijo el presidente ejecutivo de la firma estadounidense, en un caso que prueba el clima para las inversiones privadas bajo la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En las últimas semanas, los roces tras bambalinas sobre el bloque de casi 700 millones de barriles han salido a la luz, ya que tanto Pemex como el consorcio liderado por Talos aseguran tener la mayor parte del depósito de crudo Zama y el derecho de llevar a cabo las operaciones.
Descubierto en 2017, Zama marcó el mayor hallazgo en décadas de una empresa privada en México y representa la primera vez en el país que dos partes tendrán que dividir un campo petrolero compartido, después de que la reforma energética de 2013/2014 abrió el sector a productores privados.
Se necesita un acuerdo de operación conjunta y una división inicial entre Talos y Pemex antes de que los reguladores puedan aprobar el desarrollo del campo.
“Esa parte de la discusión obviamente se ha ralentizado”, dijo a Reuters el presidente ejecutivo de Talos Energy, Tim Duncan.
Las diferencias parecen estar aumentando entre el consorcio que hizo el descubrimiento y Pemex, que afirma que tiene la mayor parte del hallazgo dentro de su área y asegura que puede llevarlo a producción más rápido.
Zama se encuentra en aguas del Golfo de México, en la parte oriental de un área que Talos y sus socios ganaron en una subasta de contratos petroleros hace unos años y justo en la frontera de un bloque que pertenece a Pemex.
Duncan dijo que su equipo había superado sus obligaciones contractuales al perforar cuatro pozos exploratorios en su bloque y gastar 250 millones de dólares, cuando solo estaban obligados a invertir menos de un tercio de esa cantidad.
“Ellos han tenido su asignación durante mucho tiempo y no ha habido mucha actividad. Nosotros hemos tenido nuestro contrato por un periodo más corto y ha habido una tremenda cantidad de actividad”, dijo Duncan refiriéndose a Pemex.
El ejecutivo añadió que a pesar del contratiempo, Talos continúa invirtiendo en posibles diseños de plataformas. "Estamos felices de hacer avanzar esto y esperamos hacerlo", agregó.
La oficina de prensa de Pemex no respondió a solicitudes de comentarios ni respondió a preguntas escritas de Reuters sobre la controversia con el consorcio, que también incluye a la alemana Wintershall Dea y a la británica Premier Oil.
“TRATANDO DE EJECUTAR”
Antes del cambio constitucional de 2013 que puso fin al monopolio de 75 años de Pemex, una reforma criticada duramente por López Obrador, sólo el operador estatal podía explorar y explotar petróleo y gas en México.
El director general de Pemex, Octavio Romero, dijo a fines de enero en una conferencia de prensa del presidente que la empresa quiere operar el proyecto Zama, asegurando que la mayor parte está dentro de su bloque.
No obstante, Pemex aún no ha hecho ninguna perforación en su área a pesar de que el año pasado recibió autorización del regulador para el pozo Asab al este del límite entre los dos bloques.
Romero agregó que el depósito que Asab hipotéticamente aprovecharía, que se presume que es el mismo de Zama, podría entrar en producción el próximo año, una afirmación que genera dudas a Duncan.
“No sé cómo es eso físicamente posible”, dijo, y agregó que cree que Asab solo duplicaría los datos que Talos y sus socios ya han recopilado sobre el yacimiento compartido.
“Simplemente no creemos que sea un buen uso del capital para ellos ni para nadie”, agregó.
Duncan se refirió a un estudio de ingeniería conducido por Netherland, Sewell & Associates -una consultora técnica petrolera que Pemex también ha contratado en el pasado- que estimó que el 60% del yacimiento se encuentra en su bloque, mientras que Pemex tiene el 40%.
Cuando se le preguntó sobre la opinión de Romero de que esas estimaciones de terceros están equivocadas, Duncan dijo que era un análisis objetivo basado en hechos.
“Es difícil superar una opinión”, agregó, refiriéndose al director de Pemex.
El ejecutivo dijo que Talos opera cinco proyectos en aguas territoriales de Estados Unidos más profundas que los 168 metros donde se localiza Zama, un logro que Pemex no ha conseguido pese a que tiene una amplia experiencia en aguas más someras.
Duncan agregó que estaba decidido a cumplir con el llamado de López Obrador para que las compañías petroleras privadas inviertan y muestren resultados. Afirmó que la producción de Zama podría ponerse en línea en 30 a 36 meses una vez que se apruebe su plan de desarrollo.
Analistas del sector petrolero han señalado la lucha por Zama como una señal potencialmente problemática para la inversión privada en México, ya que López Obrador se ha comprometido a fortalecer a Pemex con un mayor presupuesto y a revertir 15 años de caída en la producción de crudo.
“Puedo entender el porqué las personas están haciendo paralelismos de este proyecto con el sector privado”, dijo el ejecutivo. “Pero no estamos tratando de trazar esos paralelismos, solo estamos tratando de ejecutar”, finalizó.
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