Valonia veta visto bueno de Bélgica a acuerdo con Mercosur en "estado actual"

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El parlamento de la región belga de Valonia urgió este miércoles por unanimidad al gobierno valón a no dar su necesario visto bueno a Bélgica para la firma del acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y los países del Mercosur.

Por 70 votos a favor, el parlamento regional pidió al gobierno valón "no conceder, en su estado actual, su delegación de poderes al gobierno federal para la firma del acuerdo entre la UE y el Mercosur".

La moción, presentada por la coalición en el gobierno y apoyada por todas las formaciones valonas, exige además al gobierno regional un estudio de impacto de este acuerdo en la agricultura antes del 31 de julio.

Este estudio debe tener también en cuenta el impacto del pacto en las emisiones globales de gases de efecto invernadero, así como en el respeto de los derechos humanos y sociales y normas sanitarias en el Mercosur.

"Es el inicio de un bello proceso democrático, como ya experimentamos, que demuestra que el parlamento de Valonia está atento y es prudente, y será inflexible", dijo el diputado liberal Nicolas Tzanetatos.

El presidente del gobierno valón y ex primer ministro belga de 2011 e 2014, el socialista Elio Di Rupo ya expresó a mediados de enero la oposición "total" al tratado. "Para el gobierno valón es no", aseguró.

El visto bueno de Valonia, así como el del resto de regiones en Bélgica, es necesario para que el gobierno belga pueda dar su necesaria luz verde a la firma del acuerdo por parte de la UE.

Los negociadores de la UE y del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) llegaron en junio a un acuerdo político tras 20 años de negociaciones, que enfrenta una revisión jurídica antes de la firma formal.

A finales de 2016, en un momento similar al actual con el Mercosur, Valonia bloqueó el visto bueno de Bélgica al acuerdo con Canadá, provocando una crisis diplomática de varios días antes de dar marcha atrás.

La Comisión Europea prevé que la firma del texto puede celebrarse hacia finales de 2020, antes que la Eurocámara lo ratifique, aunque primero debe convencer a otros países reticentes como Austria, Francia o Irlanda.

tjc/mb

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