Las anexiones son, en el fondo, una consecuencia de un conflicto. Casi nunca son un acto de paz, por más que se las haya presentado así muchas veces a lo largo de la historia.
Las leyes internacionales las describen como la adquisición por la fuerza de territorios a expensas de otros. A menudo sigue a una ocupación militar. Las Naciones Unidas la declaró ilegal después de la Segunda Guerra Mundial.
Israel se prepara para anexar una amplia franja de Cisjordania en el marco de un plan de paz del gobierno de Donald Trump, que el presidente israelí Benjamin Netanyahu y sus partidarios describen como un logro histórico. La iniciativa ha enfurecido a los palestinos, que ven peligrar sus ambiciones de contra algún día con un estado independiente viable.
El plan permitiría a Israel conservar todos sus asentamientos en la Margen Occidental, donde viven unos 460.000 israelíes, y el estratégico valle del río Jordán. En cuanto al resto de Cisjordania, “los militares israelíes seguirán controlando todo ese territorio”, dijo Netanyahu al anunciarse el plan en la Casa Blanca el mes pasado.
Los palestinos consideran los asentamientos de Cisjordania y el sector anexado de Jerusalén oriental --territorios ocupados en la guerra de 1967-- como un gran obstáculo para la paz. Buena parte de la comunidad internacional apoya esa postura y considera los asentamientos ilegales.
El plan de Trump parece ignorar las leyes internacionales aduciendo que el de Israel es un caso especial.
Adopta la postura israelí de que los territorios fueron tomados en una “guerra defensiva” en 1967 y que Israel tiene “reclamos legales e históricos válidos” sobre esos territorios.
Las leyes israelíes permiten al gobierno extender su soberanía sobre cualquier sector del Mandato Británico de Palestina, que incluyó lo que es hoy Israel, Cisjordania y Gaza, donde los británicos prometieron crear un estado para el pueblo judío, sin especificar sus límites.
En la guerra de 1948 en torno a la creación de Israel, fuerzas egipcias tomaron la Franja de Gaza y Jordania se apoderó de Cisjordania y del sector oriental de Jerusalén. Israel capturó sus territorios al lanzar un ataque sorpresivo en una época de grandes tensiones con sus vecinos árabes. Hoy la mayor parte de la comunidad internacional considera a Cisjordania y el este de Jerusalén como territorios palestinos ocupados.
La afirmación israelí de que el Mandato Palestino le da derecho a ocupar Cisjordania “es una forma de tratar de evitar una confrontación con la comunidad internacional”, dijo Amichai Cohen, experto en temas legales del Instituto Israelí por la Democracia, una organización independiente.
“La anexión tiene un aura negativa porque es ilegal”, agregó.
No sería la primera vez que Israel anexa territorios a pesar de las objeciones internacionales. Ya anexó el este de Jerusalén poco después de ocuparlo, asumiendo el control de toda la ciudad y considerándola su capital unificada. En 1981 anexó las Alturas del Golán, que arrebató a Siria en la guerra de 1967. Los líderes sirios dicen desde hace 50 años que van a recuperar ese territorio, pero no tienen la fuerza militar como para hacerlo. El gobierno de Trump ha aprobado las dos anexiones, rompiendo con lo que fue la postura de Estados Unidos por décadas.
La anexión de estos territorios enfrenta obstáculos políticos y legales.
Israel puede verse aislada por violar leyes internacionales aceptadas si procede con las anexiones. La Corte Penal Internacional ya estaba preparándose para iniciar una investigación por crímenes de guerra en relación con la política israelí hacia los asentamientos.
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Tamer Fakahany está en https://twitter.com/tamerfakahany
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El reportero de la Associated Press Joseph Krauss colaboró en este despacho desde Jerusalén.