Las llegadas de inmigrantes irregulares al archipiélago español de las Canarias, en el océano Atlántico, se multiplicaron por 18 en enero en comparación con el mismo mes del año anterior, según datos del gobierno español difundidos este martes.
El pasado mes 708 migrantes llegaron a las costas canarias, situadas frente al sur de Marruecos y el Sáhara Occidental, controlado por Rabat. En enero de 2019 apenas hubo 40 llegadas, según datos del ministerio español de Interior.
La subida coincide con los esfuerzos de Marruecos por desalentar a los migrantes que utilizan su territorio para intentar llegar a Europa a través de España.
El fenómeno hace temer en España la reapertura de la "ruta de las Canarias", en la que los migrantes salen desde más lejos, es decir Mauritania o incluso Senegal, un fenómeno ya observado en la segunda mitad de la década de los años 2000.
Indicio de ello es que el Defensor del Pueblo reportó cuatro vuelos de deportación desde las Canarias a la localidad mauritana de Nuadibú, desde el pasado junio. En total fueron deportados más de cien migrantes, originarios de la zona (Malí, Senegal, Costa de Marfil y Mauritania).
Al tiempo que suben los ingresos en las islas Canarias, las llegadas a las costas del Mediterráneo español cayeron un 72% interanual en enero.
En total, España registró en 2019 una caída del 54,5% en las llegadas de inmigrantes irregulares por mar.
Su número pasó de 57.498 en 2018 a 26.168 en 2019, según el ministerio del Interior.
Marruecos asegura que el año pasado frustró "74.000 intentos de inmigración irregular hacia España", en palabras del gobernador encargado de migraciones en el ministerio marroquí de Interior, Khalid Zerouali.
Para apoyar esta gestión, la Unión Europea acordó 140 millones de euros a Marruecos en 2019. A este montante se añaden otras ayudas aportadas por Madrid a Rabat.
Al tiempo que Marruecos restringió las partidas, otra ruta que parece reabrirse es la de las costas argelinas, más al este.
Este lunes, la policía española anunció haber detenido a 26 presuntos miembros de una organización que hizo entrar en España a unos 900 migrantes, en su mayoría argelinos, previo pago de 2.500 euros por parte de cada uno de ellos para cruzar el Mediterráneo.
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