La crisis de la vivienda en Irlanda complica la reelección de Varadkar

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Por Padraic Halpin y Conor Humphries

DUBLÍN, 3 feb (Reuters) - Nueve años después de que una devastadora caída de los precios de la vivienda catapultara al poder al partido del actual primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, una recuperación para muchos demasiado rápida del mercado inmobiliario amenaza con arrojarlo a la oposición en las elecciones generales que se celebrarán esta semana.

La recuperación del inmobiliario bajo el gobierno del partido de centroderecha Fine Gael de Varadkar ayudó a sentar las bases para la transformación de Irlanda de un caso perdido en 2010 a la economía de más rápido crecimiento en Europa en los últimos cinco años.

Sin embargo, el boom inmobiliario ha provocado que los jóvenes tengan más dificultades para pagar unos alquileres cuyo promedio es más alto en la capital del país, Dublín, que en Tokio, Sídney o Singapur, mientras que los precios de la vivienda han aumentado un 86% en siete años.

La escasez de viviendas se ha convertido en el tema definitorio de la campaña, con un goteo diario de historias de familias con bajos ingresos atrapadas en alojamientos temporales como hoteles mientras esperan una vivienda social y de trabajadores en torno a los 30 años que viven con sus padres.

En todas las encuestas de opinión realizadas hasta ahora, el Fine Gael de Varadkar ha quedado por detrás del Fianna Fáil, también de centroderecha y su principal rival político, castigado por largo tiempo tras haber ocupado el poder durante la crisis de hace una década.

El pasado fin de semana, el Fine Gael cayó a la tercera posición de los sondeos por primera vez, por detrás de los nacionalistas irlandeses del Sinn Fein, el partido de izquierda más grande del país, que ha construido su campaña en torno a la vivienda.

"Nunca antes había sentido tal movimiento de ira hacia el gobierno", dijo Mary McCormack, una propietaria de 61 años cuyo hijo de 34 vive en su casa, quien considera la emigración como la única opción para ahorrar un dinero con el que comprar una casa.

"Tiene un buen salario, ahorra su dinero, pero no puede permitirse dar ese paso. Un hombre de esa edad debería tener su propio hogar", dijo McCormack, que planea votar por el Sinn Fein.

PARÓN EN LA CONSTRUCCIÓN DE VIVIENDAS

Los titulares de hipotecas sufrieron la mayor parte del colapso inmobiliario de Irlanda en 2008, cuando los precios de la vivienda se redujeron a más de la mitad. Esto llevó a la nacionalización de todos los bancos irlandeses a excepción de uno y a un rescate internacional, seguido de la victoria electoral de Fine Gael en 2011.

Desde entonces, el parón de la construcción de viviendas ha ayudado a elevar los precios de las propiedades a sólo un 17% por debajo de su máximo histórico, aliviando así la difícil situación de los propietarios y de los bancos, en su mayoría estatales, que concedieron los préstamos.

Pero la falta de oferta ha golpeado a los inquilinos, quienes están pagando un 40% más que el pico del boom irlandés de los años 90, según el portal inmobiliario Daft.ie. El alquiler medio en Dublín asciende ahora hasta casi 1.800 euros (2.000 dólares) al mes, casi el doble del nivel de 2011.

Casi 10.000 personas están viviendo en establecimientos de emergencia y están considerados sin hogar, según datos del Gobierno.

"No hay duda de que la falta de alquileres disponibles se ha convertido en un verdadero tema candente electoral", dijo el portavoz de vivienda del Sinn Fein, Eoin O Broin.

Aunque todos los partidos coinciden en que los alquileres deben dejar de subir y que la construcción de viviendas debe aumentar, están divididos en cuanto a la intervención del Estado en el mercado privado.

El Gobierno ha establecido "zonas de presión" mediante los cuales el aumento del alquiler se limita a un 4% anual, pero otros partidos piden una congelación de los alquileres y la prohibición de los desahucios.

Aunque el Fine Gael ha puesto en marcha programas para ayudar a los jóvenes a comprar su primera vivienda y para reducir el coste de la construcción, se han desviado del programa de construcción masiva de viviendas sociales financiadas por el Estado que propugnan sus rivales de izquierda.

El Fine Gael argumenta que las promesas de la oposición no son realistas y que algunas podrían sacar a la inversión privada fuera del mercado.

(Editado por David Clarke; Traducido por Darío Fernández en la redacción de Gdansk)

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