WASHINGTON (AP) — La atención que generaron las lesiones cerebrales que sufrieron soldados estadounidenses durante un ataque en Irak este mes es un ejemplo de la consideración esporádica que merecen estas heridas invisibles de guerra, que han afectado a cientos de miles en las últimas dos décadas, pero no son comprendidas en su totalidad.
A diferencia de las lesiones físicas, como quemaduras y pérdida de extremidades, el traumatismo craneoencefálico no es evidente y es difícil de diagnosticar. El impacto pleno _ físico y psicológico _ pudiera no ser claro durante algún tiempo, y varios estudios han mostrado el vínculo entre las lesiones cerebrales traumáticas y los problemas de salud mental. No se les puede restar importancia y calificarlas como “dolores de cabeza”, la frase que utilizó el presidente estadounidense Donald Trump al decir que las heridas sufridas por los soldados en Irak no eran necesariamente graves.
El general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto y veterano de combate en Irak y Afganistán, dijo el jueves a los reporteros que el número de soldados diagnosticados con lesiones cerebrales traumáticas a consecuencia del ataque con misiles iraníes del 8 de enero en Irak, seguía aumentando. Poco después, el Pentágono señaló que la cifra había llegado a 64, comparados con los 50 reportados a inicios de semana. Dijo que todas fueron declaradas como heridas “leves”, pero en algunos casos las víctimas serán monitoreadas “por el resto de sus vidas”.
Por su parte, el secretario de Defensa Mark Esper dijo que el Pentágono estudia delicadamente las maneras de evitar las lesiones cerebrales en el campo de batalla y mejorar su diagnóstico y tratamiento. Milley dijo que es posible, en algunos casos, que los síntomas de las lesiones cerebrales traumáticas a consecuencia del ataque de misiles iraníes no se manifiesten hasta dentro de uno o dos años.
“Estamos en las etapas iniciales de diagnóstico, la etapa de terapia de estos soldados es muy prematura”, comentó Milley.
William Schmitz, comandante nacional de Veteranos en Guerras Extranjeras, advirtió la semana pasada que el gobierno de Trump se tomaba muy a la ligera el asunto del traumatismo craneoencefálico (TCE).
“Se sabe que causa depresión, pérdida de memoria, dolores de cabeza severos, mareos y fatiga”, algunas veces con efectos a largo plazo, dijo, y pidió a Trump una disculpa por sus “declaraciones erradas”.
El representante demócrata Bill Pascrell, fundador de un grupo especial del Congreso sobre lesiones cerebrales, acusó a Trump de mostrar “una clara falta de comprensión de los devastadores impactos de las lesiones cerebrales”.
Al anunciar a principios de semana que el número de diagnósticos de TCE en Irak había aumentado a 50, el Pentágono dijo que podría haber más casos. Nadie murió en la ofensiva, que fue un intento iraní por vengar el asesinato del general Qassem Soleimani, el general de más alto rango y líder de las fuerzas paramilitares Quds, con un dron estadounidense en Bagdad.
No se han revelado detalles sobre las lesiones estadounidenses, pero el Pentágono dijo el martes que 31 de las 50 víctimas a las que se les diagnosticó TCE se habían recuperado suficientemente para regresar al servicio activo. No se informó sobre la gravedad de los demás casos.