¿Protegen las mascarillas contra el nuevo virus? Depende

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SEATTLE (AP) — En todo el mundo hay gente que compra mascarillas protectoras con la esperanza de mantener a raya el nuevo virus detectado en China. Algunas empresas las exigen a sus empleados. Las escuelas surcoreanas han dicho a los padres que equipen a sus hijos con mascarillas y gel desinfectante para las manos cuando regresen de las vacaciones de invierno.

Pero, ¿funcionan las mascarillas? Depende.

Todos los virus son lo bastante pequeños como para atravesar la clásica mascarilla médica que se ajusta con una goma. Pero por lo general, los gérmenes no se extienden por el aire de uno en uno, señaló el doctor Mark Denison, del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville. Denison estudia el SARS y el MERS, que son coronavirus, la misma familia a la que pertenece el nuevo virus.

En lugar de eso, los virus pasan de una persona a otra en pequeñas gotas expulsadas al toser o estornudar. Esas gotas caen en manos o en otras superficies, donde otros las tocan antes de llevarse la mano a los ojos, la nariz o la boca.

Las máscaras, pueden bloquear las gotas grandes de una tos o un estornudo, lo que les da un cierto valor, señaló Denison.

Además, una persona con máscara no puede tocarse la nariz y la boca. Eso puede impedir que el usuario se contagie de gérmenes que alguien enfermo ha dejado en otras superficies, señaló.

Las máscaras son “una precaución muy sensata” mientras los científicos trabajan para determinar cómo se contagia exactamente el nuevo virus, señaló la investigadora de la Universidad de Oxford Trudie Lang.

Sin embargo, nada de esto se basa en investigaciones serias. Nadie ha comparado grupos de personas con y sin máscaras exponiéndolas al nuevo virus, señaló Denison. Un análisis de 2017 sobre varios estudios en personal sanitario indicaba que las mascarillas daban algo de protección contra el SARS, aunque los autores señalaban que “las pruebas existentes son escasas y los hallazgos son inconsistentes”.

La mejor forma de evitar contagiarse del nuevo virus es lavarse las manos con agua y jabón. Si no hay agua y jabón disponibles, utilice un desinfectante para manos basado en alcohol. Es el mismo consejo que para evitar el resfriado y la gripe común.

Los Centros estadounidenses para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan mascarillas para la gente a la que se está revisando por si tuviera el nuevo virus, los enfermos confirmados, las personas con las que viven y las que les atienden. Los CDC recomiendan que el personal de las aerolíneas ofrezca mascarillas a los viajeros enfermos.

Los CDC también aconsejan que los trabajadores sanitarios que atienden a enfermos del nuevo virus tomen precauciones adicionales como gafas protectoras o máscaras rígidas que protegen toda la cara.

UNICEF dijo el miércoles que había enviado a China seis toneladas métricas de máscaras respiratorias y trajes protectores para personal sanitario.

En Tokio, la empleada de hotel Hasumi Tsuchida, de 21 años, dijo que lleva máscara. “Trabajo en un hotel donde muchos huéspedes son de China”, dijo. “Me preocupo un poco cuando llegan huéspedes extranjeros”.

En algunos países es habitual que una persona lleve mascarilla si está enferma, sufre un brote de alergia o en días donde la contaminación es especialmente alta. El nuevo virus ha disparado la demanda de mascarillas en todo el mundo.

Respilon, una empresa checa que fabrica sus mascarillas de “nanofibra” en China, vendió 700.000 el año pasado en todo el mundo. Desde la semana pasada ha recibido pedidos para otros 7 millones. El problema es que no puede fabricarlas porque el gobierno chino amplió los días feriados del Año Nuevo Lunar en un intento de contener la expansión del virus.

En Taiwán, donde las celebraciones han terminado, las fábricas están en marcha. El gobierno ya ha distribuido 23 millones de máscaras, según dijo el primer ministro, Su Tseng-chang, afirmando que el país podría producir otros 4 millones de unidades diarias.

Una fábrica de mascarillas en Shanghái trabajaba a pleno rendimiento pese a las vacaciones.

“Ahora trabajamos 24 horas, 2 turnos al día, turnos de 12 horas”, dijo Liao Huolin, presidente de la compañía. “Hemos incumplido la legislación laboral (...), pero los trabajadores lo entienden”.

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Los periodistas de AP Tong-hyung Kim en Seúl; Mari Yamaguchi en Tokio; Havovi Todd en Londres; Taijing Wu en Taipéi, Taiwán; Erika Kinetz en Shanghái y Karel Janicek en República Checa contribuyeron a este despacho.

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El Departamento de Salud y Ciencia de The Associated Press recibe apoyo del Departamento de Educación Científica del Instituto Médico Howard Hughes Medical. AP es la única responsable de todo su contenido.

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