Louis Vuitton causó sensación al mostrar su última compra el martes: el segundo diamante en bruto más grande del mundo.
La marca propiedad de LVMH, que dijo la semana pasada que era el nuevo propietario del Sewelo de 1.758 quilates, exhibió la piedra reluciente y ennegrecida en su tienda de la Place Vendome en París. La compañía no reveló cuánto pagó por el diamante. Del tamaño de una pelota de tenis y cubierta de carbono, la piedra preciosa fue descubierta en Botsuana el año pasado y será cortada en gemas.
La piedra, cuyo nombre Sewelo significa “hallazo raro” en setsuana, se convertirá en una colección de joyería fina, según Lucara, una empresa minera de diamantes basada en Canadá que se está asociando a Vuitton y a un fabricante basado en Amberes para producir las gemas, que posee la mina donde fue encontrada.
Vuitton, más conocida por sus lujosas carteras, recién ingresó al mundo de la joyería fina en 2012, donde compite con Bulgari, también propiedad de LVMH, y Cartier, de Richemont.
Los principales joyeros exhiben sus piezas en París junto a la Semana de la Moda, una muestra de los mejores diseñadores. Las piezas de estas colecciones de joyas muchas veces cuestan decenas de miles de dólares.
La joyería se ha convertido en uno de los segmentos de más rápido crecimiento del mercado de los bienes de lujo de los últimos años, lo que llevó a la compra de la estadounidense Tiffany por 16.200 millones de dólares el año pasado.
La marca Gucci, de Kering también dijo el año pasado que se dedicaría a la joyería de alta gama.