NUEVA YORK (AP) — Hoy viaja por el mundo, asiste a estrenos y participa de charlas con astronautas, expresidentes y feministas notables.
Pero en los años posteriores a los ataques del 11 de septiembre del 2001, Amani Al-Khatahtbeth era apenas una muchacha de Nueva Jersey como tantas, que escribía un blog desde su habitación. Usaba el blog para ponerse en contacto con otras jóvenes musulmanas y para combatir los estereotipos. Por entonces, las únicas imágenes parecidas a ella en los medios de prensa eran individuos con traje de preso similares a su padre y mujeres que parecían mudas y oprimidas, según contó.
“Te bombardeaban con esos titulares y no te sentías representada por ellos. Hice lo que cualquier millennial haría: Acudí a las redes sociales”, dijo Al-Khatahtbeth. “Decidí crear un espacio para que pudiésemos hablar”.
Una década después, su portal MuslimGirl.com es una revista online con una audiencia global y artículos sobre lo que siente una mujer con un hiyab en una clase de kickboxing, consejos de belleza e historias de mujeres adolescentes que combaten la islamofobia. El año pasado, el portal que compró por siete dólares tuvo 2 millones de visitantes.
El portal es “la plataforma digital en inglés más grande que hay para escuchar lo que tienen que decir las mujeres musulmanas”, aseguró Al-Khatahtbeth, quien hoy tiene 27 años, en el negocio de videojuegos de su familia en Nueva Jersey. “Nuestro objetivo es establecer nuestro propio relato”.
Tenía nueve años cuando dos aviones se estrellaron contra la Torres Gemelas, pero recuerda perfectamente lo que le dijo su padre: “Nos van a culpar a nosotros”.
Luego de esos ataques fue hostigada. Le tiraron huevos a su casa y le cortaron los neumáticos al auto de su madre. Su familia fue tan maltratada que su padre decidió que se fuesen por un tiempo a Jordania.
Si bien dice que se siente orgullosa de “haber nacido y haberme criado como una chica de Jersey”, en Jordania empezó a sentirse orgullosa de sus raíces. Aprendió árabe y disfrutó la comida y la hospitalidad del Medio Oriente. Cuando regresó a Estados Unidos, decidió usar un pañuelo en la cabeza en un gesto de desafío en medio de una creciente ola antimusulmana.
“Perdí muchos amigos, la gente me empezó a tratar distinto”, manifestó.
Pasó a ser una embajadora de su fe. Estudiantes, e incluso profesores, la paraban en la escuela y le preguntaban acerca del Islam y el Corán.
“Tuve que aprender todo lo posible acerca de mi religión, lo bueno y lo malo, lo que decían los islamofóbicos acerca de ella, para saber qué responder”, expresó.
Llegó a la conclusión de que si la gente a su alrededor tenía esas preguntas, también las tendrían muchos más.
Comenzó su blog cuando tenía 17 años, con la ayuda de amigos, en la mezquita de su barrio. La suya sigue siendo una iniciativa a fuerza de pulmón. Su hermano menor, Ameer, quien estudia periodismo en la Universidad de Rutgers, la ayuda con las comunicaciones. El portal le paga a un grupo de editores, pero la mayoría de los artículos son escritos por mujeres musulmanas que no cobran.
Muslim Girl se asoció con firmas como ORLY en la creación de un esmalte halal (de acuerdo con las leyes islámicas), y recibió apoyo del Fondo Malala. Más recientemente, el fundador de VaynerMedia Gary Vaynerchuk invirtió en el portal.
El sitio aborda numerosos temas. Tiene una lista de los diez versos más hermosos del Corán, un artículo sobre el nuevo superhéroe musulmán de Marvel y una historia acerca de cómo la espadachina Ibtihaj Muhammad, que lució un hiyab en los juegos olímpicos, tiene una Barbie hecha a su semejanza.
El portal y su fundadora tienen una legión de devotos seguidores del hashtag #muslimgirlarmy. Tiene asimismo detractores que dicen que está muy norteamericanizada o que es demasiado progresista. Algunos cuestionan su aspecto, la forma en que luce su hiyab o muestra sus brazos. Tiene tatuajes, un aro en las cejas y largas uñas.
“A veces me critican desde sectores totalmente opuestos entre sí”, comentó.
Por estos días, divide tu tiempo entre Los Ángeles y Nueva York. Asiste a reuniones con potenciales socios y filma momentos de su vida para transmitirlos por Instagram o Twitter.
En años recientes la revista Forbes la incluyó en su lista de 30 personas notables menores de 30 años. La exprimera dama Michelle Obama le pidió que hablase ante la Cumbre United State of Women (Estado Unido de las Mujeres). También participó en un panel que incluyó a la astronauta Cody Coleman y que fue moderado por el expresidente Bill Clinton. Más recientemente participó en un grupo asesor de la película “Aladino” de Disney y asistió al estreno.
“Fue como cerrar el círculo para mí, porque de niña, la princesa Jazmín fue el único modelo que tuve”, expresó.
Indicó que pudo “corregir algunos estereotipos problemáticos” de la película, incluidos varios que no notó de pequeña.
Mencionó dos ejemplos: El tema de apertura hablaba de un sitio lejano “salvaje”. Y Jazmín lucía un traje de bailarina del vientre con cadenas, transmitiendo una imagen “super sexual y opresiva”.
Al-Khatahtbeth se siente particularmente orgullosa de lidiar con la raza y la sexualidad en su portal. Dice que su religión “honra la sexualidad de la mujer” y que “no debe ser algo de lo que no se habla o que se cree es un tabú”.
La mayoría de los visitantes de su portal viven en Estados Unidos o Gran Bretaña y se calcula que uno 70% son millennials o de la Generación Z (o sea, menores de 40 años). Uno de los artículos más polémicos del portal lo escribió un transgénero musulmán.
“Queremos crear un espacio para este tipo de cosas y recordarle a la gente que tienen cabida en nuestra religión”, expresó. “Me siento muy orgullosa de esto, porque algo que Muslim Girl hace muy bien es atraer a la juventud. Queremos que se nos acerquen y ellos quieren saber más del Islam por la forma en que lo presentamos. Siempre decimos que nuestro idioma es el lenguaje de los millennials”.