MIAMI (AP) — Desde un pequeño estudio de radio en Doral, un suburbio de Miami, un popular periodista venezolano le increpó a uno de los demócratas más famosos de Florida sobre un tema sensible: el socialismo.
El periodista, Julio César Camacho, le hablaba a Andrew Gillum, quien perdió las elecciones para gobernador de Florida por escaso margen el año pasado, diciéndole que votantes de mayor edad lo asocian con socialistas. Gillum acusó a los republicanos de tratar de manipular “las sensibilidades” de los latinos en Florida.
No se trató de una discusión trillada sobre las elecciones pasadas. El programa radial de Camacho es financiado por el Partido Demócrata de Florida, parte de una iniciativa del partido por apuntalar su respaldo entre los hispanos de cara a los comicios del 2020.
Si bien a nivel nacional los hispanos tienden a votar por los demócratas, muchos votantes de origen cubano, venezolano o nicaragüense se inclinan por los republicanos ante la fuerte aversión que tienen hacia el socialismo dada su experiencia con ese tipo de régimen autoritario. Pero los demócratas ahora están rechazando ese intento de tacharlos.
“Esperamos un poquito demasiado para responder”, declaró Gillum a The Associated Press, asegurando que su partido no fue lo suficiente agresivo en el tema en el 2018. “Ya aprendimos. Ahora hay más voces latinas en la radio, en los periódicos, teniendo un debate serio sobre el socialismo”.
Pero los republicanos están intensificando sus ataques. El presidente Donald Trump y sus allegados insisten en acusar a los demócratas de izquierdistas y anticapitalistas sabiendo que tales palabras evocan imágenes de corrupción y pobreza.
En una conferencia de prensa hace pocos días Trump incluso se mofó al decir que “hay rumores” de que el Partido Demócrata está considerando cambiarse el nombre el “Partido Socialista”. En junio, el vicepresidente Mike Pence visitó Miami para lanzar una iniciativa apodada “Latinos for Trump” y criticó a los aspirantes a la candidatura presidencial demócrata.
Los demócratas ahora rechazan esas acusaciones, señalándolas de engañosas y peligrosas.
“Es una estrategia que tenemos que denunciar porque ellos insisten en esas políticas de meter miedo, es un regreso al macartismo”, afirmó Leopoldo Martínez, el primer miembro del Comité Nacional Demócrata nacido en Venezuela.
Los demócratas además reorientan la conversación hacia las políticas de Trump que afectan a los latinos de Florida, como por ejemplo el aumento en las deportaciones de cubanos o las dificultades de las familias cubanas que no han podido traer a sus familiares debido a la decisión de Trump de sacar a la mayoría del personal de la embajada en el 2017.
Cuando el demócrata Joe Biden hizo campaña hace unas semanas en la Pequeña Habana, fustigó a Trump por oponerse a un proyecto de ley que protegería de la deportación a miles de venezolanos que están viviendo en Estados Unidos. Casi 9.500 de los 237.000 que viven en Florida están en medio de procesos de deportación, según un estudio vinculado a la Universidad de Syracuse.
Los demócratas están también tratando de convencer a los votantes hispanos de Florida que figuras políticas de izquierda como el senador Bernie Sanders o la representante Alexandria Ocasio-Cortez no reflejan los puntos de vista de la mayoría de los miembros del partido.
Es cierto que algunos de los precandidatos demócratas favorecen programas sociales y una mayor participación del sector público en la salud, y por lo menos dos de ellos _Sanders y Elizabeth Warren_ se han pronunciado a favor de más impuestos a las clases adineradas.
Pero en realidad ninguno está abogando a favor de imponer un régimen socialista que confisque bancos y nacionalice las industrias, como lo han hecho algunos gobiernos de izquierda en Latinoamérica.