COMALAPA, El Salvador (AP) — Dándose fuertes abrazos como tratando de unirse para no separarse nunca y con los rostros cubiertos de lágrimas, un grupo de 50 salvadoreños se despidieron el jueves de sus familiares y partieron rumbo a Estados Unidos con visas de trabajo temporales.
“Siento algo bonito, pero también algo feo. Ya siento nostalgia. Yo sé que William se va sin problemas, que va a trabajar y vamos a pasar una triste, pero también alegre Navidad”, dijo Alba Márquez de Tepas mientras miraba a su esposo y abrazaba fuertemente a su pequeño hijo, William, de tan sólo dos años de edad.
William Tepas es uno de los primeros 100 salvadoreños que viajará a Mississippi para trabajar en labores agrícolas como parte del proyecto Migración Laboral, derivado de un convenio suscrito entre el gobierno del salvadoreño y la embajada de los Estados Unidos en El Salvador.
El ministro de Trabajo, Rolando Castro, informó que ya partió el primer contingente de 50 trabajadores y que el domingo saldrá otro vuelo con 50 salvadoreños más que han sido beneficiados con los permisos de trabajo temporales y que se les entregaron visas H-2A.
Según el Ministerio de Trabajo, unos 30.000 salvadoreños de diferentes zonas del país aplicaron para obtener estas visas.
La contratación de estos 100 salvadoreños forma parte de un plan piloto que incluye el envió de no menos de 200 ciudadanos para que trabajen de forma temporal en el sector agrícola.
A los salvadoreños se les asegura un salario semanal de 527 dólares, pago de boletos aéreos, alimentación y alojamiento y permanecerán en Estados Unidos por cuatro meses.
“Ahora van ustedes como un primer contingente. Sentimos que es el primer paso para una ruta que estaba diseñada, que existía desde hace tiempo, pero que no había sido explorada. Además de visas de carácter agrícola, vamos a ir ampliando a otros sectores de la producción”, dijo el vicepresidente Felix Ulloa, que llegó hasta el aeropuerto internacional para despedir a los trabajadores.
“Hemos pasado el filtro, el proceso de selección, y estamos aprobados para viajar a trabajar en agricultura en cultivos de rosas”, explicó Tepas, un hombre de 34 años originario del municipio de Nahuizalco, en el departamento de Sonsonate, en el occidente del país.
“Esta será la primera navidad sin mi esposo. Será muy triste, pero en el fondo de mi corazón estoy alegre porque nos espera un futuro mejor y en especial para nuestro hijo. No estoy triste porque sé que William va a estar bien, no va correr el riesgo que corre mucha gente que se va mojado (sin autorización) a los Estados Unidos”, agregó la mujer de 27 años.
William contó que decidió aplicar para el trabajo para tener más ingresos que posibiliten que su esposa pueda terminar sus estudios universitarios de leyes, que interrumpió para trabajar y aportar económicamente en el hogar.
“Yo me voy a trabajar para ahorrar y al regresar quiero poner una panadería. En cuatro meses voy a ahorrar lo que aquí me tomaría cinco años. Quiero poner una panadería para mi familia y me voy a reenganchar para trabajar en Estados Unidos”, dijo a la AP Alexis Javier Meléndez, de 34 años.
“Tengo que irme por mi familia, tengo que buscar un mejor futuro para ellos y me voy sin el riesgo que me metan preso o me maten”, agregó Adán Dueñas luego de una emotiva despedida con sus familiares y mientras trataba de limpiar las lágrimas que seguían recorriendo su rostro curtido por el sol durante largas jornadas agrícolas.
Según estimaciones de organizaciones que trabajan con los migrantes, hasta el último año unos 300 salvadoreños salían cada día rumbo a Estados Unidos, pero debido a las restricciones en la frontera sur y el cerco impuesto por el gobierno mexicano, esa cifra ha bajado.
En octubre el gobierno del presidente Donald Trump anunció la prórroga hasta el 4 de enero de 2021 de las protecciones para más de 200.00 salvadoreños que residen en Estados Unidos amparados en un programa temporal conocido como TPS, lo que se considera un espaldarazo al gobierno del presidente Nayib Bukele.
El TPS se concibió como un alivio migratorio para ciudadanos de países aquejados por guerras o desastres naturales. En un principio Estados Unidos otorgó TPS a los salvadoreños que se fueron de su país tras los terremotos de 2001.
El gobierno salvadoreño ha expresado preocupación por la posibilidad de tener que absorber a miles de connacionales si pierden bruscamente el TPS.