Solamente el 1% de los 12.000 niños demandantes de asilo que viven en los campos insalubres de las islas griegas "van al colegio" y la gran mayoría están privados de educación, según una estimación de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
"Los niños están desesperados, el acceso a la educación es un problema importante sobre todo en los campos superpoblados de registro e identificación" situados en las cinco islas del mar Egeo (Lesbos, Chios, Samos, Leros y Kos), lamentó a la AFP Boris Cheshirkov, portavoz de ACNUR Grecia.
Unos 35.500 migrantes y refugiados viven en condiciones sórdidas en esas islas, de los que 12.000 son menores, precisó.
La falta de escolarización procede sobre todo de la coordinación defectuosa entre las autoridades locales y el Estado para el transporte de niños al colegio, y del retraso en el envío de profesores e instructores para dar clase por la tarde a los migrantes menores en las escuelas públicas.
"Los tres niños de una familia siria que llegó a Lesbos hace cuatro meses nunca han conocido el colegio. En su país de origen eran demasiado jóvenes para ser escolarizados y cuando llegaron a Grecia, aunque tenían la edad adecuada, no hubo colegios para ellos", explica el portavoz de ACNUR.
Tras la gran crisis migratoria de 2015, Grecia se convirtió en 2019 la principal puerta de entrada en Europa de demandantes de asilo, la mayoría de los cuales llega a las islas griegas por Turquía a bordo de pateras.
Muchas oenegés han denunciado las condiciones insalubres de los campos, entre ellas Médicos Sin Fronteras (MSF), que recientemente alertó sobre la situación particular de los niños en una carta abierta.
La organización pidió a finales de noviembre a los países de la Unión Europea "actuar de manera inminente" para "poner fin a este de ciclo de sufrimientos", sobre todo al deterioro del estado físico y mental de los menores.
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