Activistas cubanas rompen tabúes e impulsan temas de género

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LA HABANA (AP) — Durante seis décadas el gobierno cubano logró mantener el control y la afinidad de casi todas las organizaciones sociales, desde las agrupaciones LGTB y los sindicatos a las asociaciones profesionales o de amantes de los animales.

Pero 2019 marcó el crecimiento de pequeños grupos independientes que presionaron por una mejor protección de sus derechos, algo notorio, por ejemplo, en el caso de la lucha contra la violencia de género.

Este año activistas demandaron que se trate en el Parlamento una ley contra la violencia machista, visibilizaron casos de maltrato en las nacientes redes sociales de la isla gracias a las confesiones de una artista y lograron que el gobierno publicara por primera vez estadísticas de feminicidios.

Poco en comparación con otras naciones de América Latina con fuertes movimientos de defensa de los derechos de las mujeres, pero notable para un país donde el feminicidio ni siquiera está considerado una figura legal.

“Hay mucho por hacer. Hay una gran necesidad de concientizar sobre el tema”, dijo a The Associated Press la cantante y compositora Haydeé Milanés, una de las 40 firmantes iniciales de una solicitud para que la Asamblea Nacional, el Parlamento unicameral, apruebe una ley integral contra la violencia de género. “Cuba tiene una sociedad muy machista”.

El pedido se realizó a mediados de noviembre y para diciembre se habían sumado casi 700 rúbricas, conseguidas al margen de la Federación de Mujeres Cubana (FMC) que siempre representó casi exclusivamente a las isleñas y consiguió victorias, pero también se subordinó a los intereses políticos.

“Cuba implementó en los primeros años de la revolución (1959) leyes que favorecían a las mujeres, pero dejaron fuera muchas cosas que están en la cultura patriarcal cubana y persisten”, explicó a AP la comunicadora social y activista Marta María Ramírez, otra de las firmantes de la solicitud legislativa. “Son logros que tenemos que actualizar”.

Desde hace cinco décadas el aborto es legal y gratuito en Cuba, la licencia por maternidad se extiende por un año con sueldo completo, se crearon círculos infantiles estatales para favorecer el acceso de las madres al mercado laboral y existe igual remuneración por el mismo trabajo.

Pero las cifras revelan que las mujeres no acceden a cargos directivos como sus contrapartes masculinas, hay acoso callejero, se reportan asesinatos de mujeres y no existe un protocolo de contención de las víctimas o una figura específica en el Código Penal.

“Hay que dejar de negar las realidades que siempre existieron. Ya no se puede seguir con los ojos tapados en pleno siglo XXI”, expresó Ramírez.

Incluso Mariela Castro, directora del oficial Centro de Educación Sexual, diputada y reconocida por su labor contra la discriminación a los homosexuales, negó unos años atrás que hubiera feminicidios en Cuba. La legisladora es hija del expresidente Raúl Castro y sobrina de Fidel.

A lo largo de décadas algunos temas fueron tabú en la isla por intereses políticos o prejuicios de época. En los 60 los gays eran hostigados, aunque posteriormente se crearon políticas inclusivas. Pero el maltrato doméstico, el racismo y las diferencias sociales fueron subestimados porque la dirigencia los percibió como contraproducentes para la imagen de la revolución.

Este año se logró que la constitución vigente desde abril incorporara la obligatoriedad del Estado de proteger a las mujeres de la violencia de género y el gobierno entregó por primera vez un informe a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) con cifras de feminicidios. La tasa fue de 0,99 por cada 100.000 mujeres mayores de 15 años en 2016.

La cantidad es baja en relación con países de la región como República Dominicana (2,2) o El Salvador (10,2), pero las activistas destacaron que la cifra de Cuba estaría subvalorada pues sólo se aplica para muertes a manos de parejas o exparejas.

Adicionalmente las autoridades dieron a conocer la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género -también correspondiente a 2016 pero que no había sido publicada- según la cual el 26,6% de las cubanas fueron víctimas de violencia a manos de sus parejas, pero sólo el 3,7% buscó ayuda.

El tema se instaló también en las redes sociales luego de que en diciembre de 2018 las autoridades cubanas ofrecieron por primera vez acceso al servicio de datos para celulares, lo que significó un ingreso masivo a redes como Facebook, Twitter o Instagram.

Gracias a internet se supo casi de inmediato este año el asesinato de cuatro mujeres en un país cuyos noticieros estales carecen de noticias policiales.

En junio, la cantante Dianelys Alfonso -conocida como la “Diosa de Cuba”- denunció en Twitter que el flautista José Luis Cortés “El Tosco”, su expareja, la había golpeado y violado. Entonces se creó en Facebook la página “Yo sí te creo” que encabezó el pedido por la ley integral contra el maltrato.

Esta semana en una entrevista con un portal oficial, la diputada Castro aseguró que se revisarán 50 normas vigentes para “decidir si se crea una ley integral para la atención a la violencia contra la mujer o si se incluye” en otras ya existentes, algo rechazado por las activistas que esperan una legislación completa y amplia.

“Tengo la impresión de que los dirigentes no saben lidiar con las nuevas maneras que tiene la gente de organizarse, que ahora puede ser con un correo electrónico o porque te conozco a ti y conozco a la otra y nos mandamos un WhatsApp”, reflexionó Sandra Abd'Allah-Alvarez, una psicóloga y bloguera de 46 años.

Las autoridades “piensan que las cosas tienen que seguir viniendo de arriba hacia abajo”, agregó. “En esta revolución yo aprendí a pensar, entonces, a esta altura de mi vida no me pueden decir ‘no tengas iniciativas’... ninguna sociedad se mantiene sólo de instituciones, tiene que haber voluntariado y activismo para que se movilice”.

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Andrea Rodríguez está en Twitter como www.twitter.com/ARodriguezAP

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