CIUDAD DE MÉXICO (AP) — México rechaza categóricamente que inspectores laborales extranjeros operen en el país, señaló el domingo Jesús Seade, su negociador comercial para Norteamérica, diciendo que eso no fue contemplado en el reciente acuerdo con Estados Unidos y Canadá sobre el T-MEC que reemplazará al Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Seade estaba volando a Washington para reunirse con el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y legisladores estadounidenses con el fin de expresar “la sorpresa y preocupación” de su país respecto a la redacción del proyecto de implementación presentado el viernes en el Congreso en Washington, en el que se exige la presencia de hasta cinco agregados laborales para monitorear la reforma laboral en México.
Seade, subsecretario para América del Norte en la Secretaría de Relaciones Exteriores, escribió en Twitter que, si bien aún se desconocen las funciones exactas de los agregados propuestos, “México jamás aceptará si se trata en medida alguna de inspectores disfrazados, por una sencilla razón: la ley mexicana lo prohíbe”.
Negociadores mexicanos han expresado su firme oposición a la idea de permitir el ingreso de inspectores extranjeros por cuestiones de soberanía. En lugar de eso, el acuerdo firmado el 10 de diciembre en la Ciudad de México pedía la creación de paneles de tres personas para la resolución de cualquier disputa, con un integrante de México, uno de Estados Unidos y otro de un tercer país elegido por consenso.
El Senado mexicano aprobó rápidamente la nueva versión del acuerdo la semana pasada.
Después de que Seade expresó el sábado sus objeciones al lenguaje en la propuesta estadounidense y anunció su repentino viaje a Washington, los críticos dejaron entrever que el funcionario y otros miembros del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador habían pasado por alto algo en el pacto comercial y lo aprobaron demasiado pronto.
Respecto a esas críticas, Seade dijo que el acuerdo no tenía “letras chiquitas” escondidas, y que el lenguaje sobre los agregados laborales en la propuesta estadounidense no proviene de ese texto. Dijo que fue “una concesión a los duros del Congreso... que debió haberse advertido y expresa desconfianza”.
“Es un muy buen acuerdo para México: se obtuvo mucho en (forma) trilateral”, añadió. “Por eso Estados Unidos necesita ‘extras’ para venta interna que no son parte del paquete”.