WASHINGTON (AP) — El gobierno del presidente Donald Trump canceló el viernes su plan de imponer a partir del domingo nuevos aranceles sobre 160.000 millones de dólares en importaciones chinas gracias a un modesto acuerdo provisional que reduce las tensiones en una guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo.
Como parte del acuerdo, el gobierno de Estados Unidos también reducirá del 15% al 7,5% los gravámenes sobre las importaciones que ya estaban en vigor sobre 112.000 millones de dólares en productos chinos.
El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, comentó a los reporteros que, a cambio, China acordó comprar 32.000 millones de dólares en productos agrícolas estadounidenses en el transcurso de dos años. Beijing también se comprometió a poner fin a una añeja práctica en la que presionaba a las compañías para que entregaran su tecnología como condición para poder acceder al mercado chino.
Lighthizer señaló que Beijing también había aceptado retirar unas barreras no arancelarias del mercado chino para productos como carne, aves de corral, mariscos, y alimento para mascotas y ganado.
En total, Estados Unidos espera un aumento de 200.000 millones de dólares en las exportaciones durante dos años como resultado del acuerdo.
“Esperamos que el déficit comercial disminuya”, comentó Lighthizer, y agregó que el acuerdo probablemente será firmado en la primera semana de enero e implementado 30 días después.
“Todo está escrito”, señaló. “Todo está completamente saldado”.
Sin embargo, el gobierno no publicó una documentación detallada del acuerdo y dijo que el texto seguía siendo traducido entre chino e inglés. En ocasiones anteriores, ambas partes habían parecido estar cerca de firmar un acuerdo sólo para que las negociaciones colapsaran poco después.
El acuerdo “Fase 1” deja algunos temas de suma importancia sin resolver, sobre todo las quejas de Estados Unidos sobre que China subsidia injustamente a sus propias compañías para darles una ventaja en los mercados mundiales.
Sin embargo, el trato disipa, al menos de manera temporal, un conflicto que ha inquietado a los mercados financieros y ha repercutido en el crecimiento económico mundial.
"Este acuerdo deberá hacer mucho para revertir la espiral descendente en las relaciones comerciales bilaterales y aumentar la certeza para las empresas estadounidenses", dijo Wendy Cutler, exnegociadora de comercio que ahora funge como vicepresidenta del Instituto de Política de Sociedad de Asia.
Sin embargo, advirtió que "no está claro qué tan lejos va el acuerdo de Fase 1 para abordar los temas estructurales clave que llevaron a Estados Unidos a entablar negociaciones hace 17 meses".
El presidente Trump, que fue el primero en anunciar el acuerdo a través de Twitter, dijo que el trabajo para un pacto de “Fase 2” comenzaría inmediatamente.
El anuncio se produjo minutos después de que la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Representantes aprobó los cargos de juicio político de abuso de autoridad y obstrucción al Congreso en contra de Trump, lo que llevó a la Casa Blanca a destacar que el presidente "nunca deja de trabajar y sigue haciendo acuerdos exitosos que benefician a este país".
Los funcionarios chinos informaron en una conferencia de prensa en Beijing que, si Washington reduce los aranceles, China disminuirá sus gravámenes comerciales sobre productos estadounidenses y también descartará sus planes para imponer más aranceles a partir del domingo.
El acuerdo del viernes significa que Estados Unidos seguirá imponiendo aranceles de importación del 25% sobre 250.000 millones de dólares en productos chinos y reducirá a la mitad los gravámenes sobre otros 112.000 millones, o a un 7,5%. También dejará a un lado los planes para imponer aranceles a unos 160.000 millones de dólares adicionales. Esa acción habría aumentado los aranceles sobre casi todo lo que China vende a Estados Unidos y habría afectado artículos de consumo como juguetes y teléfonos que hasta ahora se han librado en gran medida de impuestos a la importación.
Beijing ha tomado represalias al imponer aranceles sobre 120.000 millones de exportaciones estadounidenses, incluida la soya y otros productos agrícolas que son fundamentales para los partidarios de Trump en las zonas rurales de Estados Unidos.
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Los periodistas de The Associated Press Christopher Rugaber y Darlene Superville en Washington, y Joe McDonald en Beijing contribuyeron a este despacho.