Primera mujer en componer para la Ópera de Viena, la austríaca Olga Neuwirth acepta el desafío con una obra que busca "sacudir a la institución" y celebrar la fluidez de géneros e identidades musicales.
En sus 150 años de existencia, la Staatsoper vienesa nunca presentó la creación de una música. Las producciones de óperas compuestas por mujeres están casi ausentes de las grandes escenas líricas.
Sin embargo, ésta no es la única razón por la que la presentación de "Orlando", el domingo, con todas las entradas ya vendidas, es uno de los acontecimientos de la temporada musical austríaca.
Para esta adaptación de la novela homónima de Virginia Woolf, Olga Neuwirth promete una ópera fuera de lo esperado.
Figura de proa de la música contemporánea, la artista de 51 años eligió escribir una partitura para una de las obras más singulares de la novelista británica (1882-1941), biografía imaginaria de un héroe que cambia tanto de sexo como de siglo.
El relato de "Orlando" la acompaña desde la adolescencia, explica a la AFP la compositora, que ve ecos de su propia juventud en rebelión contra los roles sociales asignados a las mujeres y a los hombres.
Antes de que las cuestiones de género se convirtieran en un tema de sociedad candente, Virginia Wolf publicó, en 1928, una novela sobre la fluidez de las identidades.
Primero poeta en la época isabelina, luego embajador en Constantinopla, Orlando se transforma en mujer antes de continuar su travesía de las épocas hasta aterrizar en los años 1920, convirtiéndose en escritora.
"Hay tantos estratos en este libro", confiesa Olga Neuwirth, que añadió escalas suplementarias a la historia.
Lleva a su héroe/heroína hasta nuestros días e imagina a un niño "no binario", según informa la prensa, cuyo papel confió a la artista transgénero Justin Vivian Bond, una figura del cabaret de Nueva York.
-Abrir los ojos, el espíritu, el corazón-
Para la compositora, de silueta frágil y cabellos rizados, Orlando cuenta "el viaje a través de los siglos de un espíritu libre, que se niega a obedecer las reglas e intenta encontrar su camino para vivir y crear".
Con una adaptación que destaca las disonancias, los sonidos electrónicos y amplificados, Olga Neuwirth desea "abrir los ojos, la mente, el corazón" de los espectadores vieneses y "sacudir un poco la institución".
"Virginia Woolf dijo que la androginia es la libertad, quería sonidos andróginos, me gustan los sonidos en transición, cuando no sabes de dónde vienen", explica.
En el papel principal, la estadounidense Kate Lindsey compartirá la escena con Constance Hauman, soprano acostumbrada a las fugas en los registros de jazz y de pop.
La imagen ocupa un lugar central en el dispositivo escénico concebido en torno a paneles luminosos donde se suceden los paisajes y los ambientes de la odisea de Orlando.
La dirección fue confiada a una mujer, la británica Polly Graham, y los trajes a la marca de la moda japonesa "Comme des garçons" (Como los chicos), fundada por la diseñadora Rei Kawakubo.
Una densidad femenina rara en el mundo de la ópera, donde los hombres están al mando de la mayoría de las producciones.
En 2016, la Metropolitan Opera de Nueva York presentó su primera ópera escrita por una mujer, "El año de lejos", de la finlandesa Kaija Saariaho.
Considerada a menudo como un templo de repertorio clásico, la Ópera de Viena tomó la iniciativa encargando en 2002, de manera conjunta con la Ópera de París, una obra original a Olga Neuwirth, por entonces una joven treintañera, y a la escritora estrella Elfriede Jelinek.
La aventura no tuvo final feliz. La ópera Der Fall von W (El caso W), inspirada en la muy mediática historia de un médico austríaco pedófilo, fue finalmente rechazada.
Fue el actual director de la Staatsoper, el francés Dominique Meyer, quien retomó contacto con la compositora en 2014 y ve ahora concretado el proyecto, unos meses antes de su partida a la Scala de Milán.
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