Anthony Joshua no sólo perdió tres cinturones de campeón mundial de peso pesado y un invicto cuando fue noqueado por Andy Ruiz Jr. en una de las mayores sorpresas del boxeo en las últimas dos décadas.
También perdió su aureola, esa sensación de invencibilidad.
Joshua ha tenido que reinventarse, comenzar básicamente de cero. Fue a Nigeria para encontrarse con sus raíces.
“Debido al boxeo, nunca había tenido el tiempo para viajar ahí”, dijo Joshua en una entrevista con The Associated Press, relatando su primera visita en 17 años a la patria de sus padres y en la que brevemente estudió cuando tenía 11 años. “En Nigeria, la gente de quiere por lo que eres, no por lo que tienes”.
Al tocar fondo en su carrera profesional y afrontando cuestionamientos de la gente por primera vez, Joshua necesitó tiempo para reflexionar y recibir un baño de realidad. Visitó Makoko, un barrio pobre cerca de Lagos que es básicamente una comunidad de casas de madera sobre un pantano.
Joshua es un ídolo ahí, y recibieron efusivamente a su ícono.
“Fue bonito ver la esperanza”, recordó Joshua. “Todos ahí te pueden dar esperanza, te aprecian y aprecian mi carrera. Es lo que me gustó”.
La carrera de Joshua dio un inesperado giro con la derrota ante Ruiz en junio. Pero podría ser su redención.
El británico afronta la revancha en Riyad, Arabia Saudita, este sábado como un hombre que ha cambiado. Es más humilde, uno que acepta las vicisitudes del boxeo y que está dispuesto a aprender de sus errores.
Joshua acepta que cometió varios errores en la antesala a la primera pelea en el Madison Square Garden. No precisa lo que hizo mal esa noche en Nueva York, pero admite que “no estaba preparado” para el desafío de Ruiz — un regordete mexicano con mucha valentía, manos rápidas y una inesperada pegada. Ruiz, quien subió al ring de última hora luego que Jarrell Miller diera positivo en múltiples controles antidopaje, tumbó cuatro veces a Joshua antes que la pelea fuera detenida en el séptimo asalto. El destronado campeón acabó aturdido.
Joshua hizo caso omiso de los consejos de que despidiera a Rob McCracken, su entrenador de toda la vida, desde antes que ganara la medalla olímpica de oro en los Juegos de Londres 2012. Pero cambió sparrings, rutina y mentalidad.
“La última vez que perdí, entendí bien el motivo”, dijo Joshua a la AP en una entrevista telefónica tras llegar a Riyad. “Lo tomé como un hombre. Lo tomé como un campeón debe hacerlo. Entendí mis errores. Y hecho cambios, los he rectificado”.
“Si no me salen las cosas esta vez, tendré que admitir que el hombre es superior a mí”, dijo. “Es un rival incómodo, pero creo que soy mejor que él, pese a que me tocó perder la última vez. Fui de inmediato por la revancha. Nada de eso: ‘necesito primero una pelea de calentamiento’. Sé lo que salió mal. Sé cómo mejorarlo y lo he hecho”.
El tiempo lo dirá, pero la sensación es que Joshua se siente más a gusto en Arabia Saudita que bajo las luces luminosas en Nueva York hace cinco meses, cuando hizo su debut en Estados Unidos y quizás estuvo distraído.
Aunque mantiene el físico muscular que contrasta con Ruiz, Joshua ha lucido un poco más liviano en los entrenamientos públicos en Riyad esta semana.
Y como tiene que volver a demostrar su clase, Joshua compara esta pelea con la primera de las 23 en su carrera profesional.
“He borrado esa anterior pelea de mi memoria y esta la encaro como si estuviera peleando por el campeonato mundial pesado, que es lo que soy. No lo veo como una revancha”, dijo Joshua.
Otra derrota ante Ruiz — en una pelea de la que se dice repartirá una bolsa de 70 millones de dólares — y se cuestionará mucho a Joshua, una de las grandes figuras deportivas en Gran Bretaña y cuya trayectoria no parecía tener límites hasta que se topó con Ruiz. Peleas contra Deontay Wilder y Tyson Fury estarán más lejos que nunca.
Pero no piensa de esa manera. Lo ve como una cita en la que se presenta como abanderado del boxeo ante una nueva audiencia, pasando por alto que la pelea se escenificará en un país criticado por la situación de los derechos humanos, y desesperado por recuperar sus cinturones de la FIB, AMB y OMB.
“Desde luego que hay que gente que duda de mí”, dijo Joshua. “Pero lo esencial es que sigo aquí. No me desaliento”.