TOKIO (AP) — El Comité Olímpico Internacional decidió trasladar al norte de Japón las maratones y marchas de los Juegos Olímpicos de Tokio del año próximo, escapándole al agobiante calor y humedad de la capital.
Ahora, varios nadadores y una entidad que agrupo a entrenadores claman por una medida similar con respecto al sitio donde se contempla montar las competencias de aguas abiertas en la Bahía de Tokio.
Conocido como el “Odaiba Marine Park”, las temperaturas de las aguas rozaron niveles perjudiciales este verano para las pruebas en aguas abiertas y triatlón. Los niveles de E. coli también afectan el escenario urbano, y los competidores se quejaron de olores nauseabundo procedentes de la pequeña ensenada.
“Esta es la realidad”, dijo Catherine Kase, entrenadora del equipo de aguas abiertas de Estados Unidos, en un correo electrónico enviado a The Associated Press. “Si un maratonista se desmaya o pierde el conocimiento, sufrirá un golpe leve y moretones. Si algo similar le pasa a un nadador de larga distancia, el resultado podría ser letal”.
El calor en Tokio es el mayor problema.
Las temperaturas del agua en la sede este verano fueron muy calientes, llegando a los 30.5 grados centígrados (86.9 Fahrenheit) en un día. Eso quedó apenas por debajo del límite de 31C (87.8 F) fijado por la Federación Internacional de Natación. Las temperaturas oscilaron consistentemente entre los 29 y 30 C (84 y 86 F).
Según la reglamentación de la FINA, una competencia debe ser abreviada o cancelada si las temperaturas exceden el límite.
“Queremos que se tenga una segundo plan”, dijo Kase. “La respuesta sincera es que no nos sentimos a gusto con la sede de Odaiba”.
Kase mencionó que a los nadadores estadounidenses se las aconseja no competir si las temperaturas superan los 29.45 C (85 F). También dijo que los estadounidenses optarán por nadar y “seguramente sentirán la presión de hacerlo” en una competencia de la magnitud de unos Juegos Olímpicos.
“Nuestros deportistas no deben preocuparse por cuestiones sanitarias cuando se preparan la carrera más importante de sus vidas”, escribió Kase.
John Leonard, director ejecutivo de la Asociación de Entrenadores de Natación de Estados Unidos, se expresó más enfático a favor de un cambio de sede, echándole mucha de la responsabilidad a la FINA.
“Apoyamos un cambio de sede”, dijo en un correo electrónico a AP. “Nuestra posición es ser precavido pensando primero en el bienestar de los deportistas. La FINA habla de higiene y seguridad, y procede con lo opuesto, exponiendo a los deportistas a condiciones nocivas”.
La FINA y el comité organizador dicen que no tienen un “Plan B”.
El Comité Olímpico Internacional prometió el mes pasado que no se harán más cambios de sedes. Formuló la promesa tras irritar a la gobernadora de Tokio Yuriko Koike, quien se opuso a sacar los maratones de Tokio a la ciudad norteña de Sapporo.
El COI dijo que la decisión se tomó, esencialmente, al considerar a los deportistas que compiten en el calor. Pero los aliados de Koike expresaron que fue una decisión que “obedeció primero al interés del COI, no a los deportistas”.
Cornel Marculescu, el director ejecutivo de la FINA, fue mesurado en una entrevista con AP.
Al consultársele sobre las temperaturas del agua en la sede, Marculescu respondió: “No voy a comentar al respecto” y añadió que entrar en detalles podría causar “problemas”.
“Es lo que hay”, añadió. “Revisamos la calidad del agua, revisamos la temperatura todo el tiempo”.
Marculescu y los organizadores locales dicen que no se descarta que las pruebas sean pautadas más temprano en el día, para evitar las horas con más calor. Se pensó hacer lo mismo con las maratones y marchas hasta que se decidió en sacarlas de Tokio.
Los competidores en las pruebas de aguas abiertas en los Juegos de Río de Janeiro de 2016 lidiaron con una severa contaminación en las sedes de remo, vela, canotaje, nado abierto y triatlón. Pero el calor no fue un problema.
Fernando Possenti, el entrenador de aguas abiertas del equipo olímpico de Brasil, dijo que los competidores deben adaptarse al entorno y no perder tiempo quejándose.
“Hay que tener una programación, adaptar a tus deportistas a este tipo de condición”, dijo Possenti en un email a la AP. “Este deporte en particular tiene contacto directo con la naturaleza y factores variables. El calor y la humedad son dos de ellas”.