Por Mitra Taj y Daniel Ramos
SACABA/LA PAZ, 25 nov (Reuters) - Los bolivianos comenzaron a remover bloqueos y van llegado a acuerdos de paz tras un mes de protestas y enfrentamientos mortales que han convulsionado y dividido a la nación, tras una disputada elección presidencial que derivó en la renuncia del líder izquierdista Evo Morales.
El lunes, cientos de personas en la ciudad de Sacaba, una de las áreas más afectadas por la violencia, guardaron un minuto de silencio por las 33 personas que murieron desde la votación del 20 de octubre.
Desde la región montañosa de Cochabamba hasta La Paz hay indicios de que lo peor de la violencia pasó, ya que los políticos y líderes sociales acordaron celebrar nuevas elecciones y bajar el nivel de la confrontación.
"Estamos volviendo a la normalidad después de algo tan duro y tan dramático, pero creo que estamos avanzando", dijo a periodistas la presidenta interina Jeanine Añez, quien el domingo promulgó un proyecto de ley para celebrar nuevas elecciones.
Bolivia, liderada por Morales desde 2006, se sumió en el caos después de que las elecciones de octubre se vieron envueltas en una controversia a medida que crecían las sospechas de que habían sido manipuladas.
Finalmente Morales se vio obligado a renunciar en medio de protestas generalizadas y después de que las fuerzas policiales y militares le retiraran su apoyo y le pidieran su dimisión. El líder indigenista denunció un golpe de Estado.
La aprobación de la ley para elecciones "es una reflejo de que en el ámbito legislativo los políticos han encontrado un espacio común por el bien del país", dijo a la prensa León de la Torre, embajador de la Unión Europea (UE) en Bolivia.
"Creo que ese esfuerzo que han hechos los políticos debe traducirse también y trasladarse a las calles en Bolivia para que los ciudadanos entiendan que la reconciliación es lo primero, que se inicia dentro de muy poco ya el proceso electoral, que las diferencias que pueda haber en la población se van a dirimir en el ámbito democrático electoral", agregó.
VIOLENCIA
La renuncia de Morales el 10 de noviembre provocó un período violento y volátil cuando sus partidarios bloquearon rutas estratégicas para detener el flujo de combustible y alimentos a las principales ciudades y el Ejército se movilizó contra ellos.
La presión sobre el Gobierno de Añez fue en aumento y los partidarios de Morales la culparon por la violencia. Añez y los militares dicen que no han usado fuerza excesiva y apuntan a Morales, ahora exiliado en México, por avivar los disturbios.
"Hemos tenido muchos tropiezos, pero esperamos que de ahora en adelante, como es el pedido de todos los bolivianos, avancemos y tengamos elecciones muy pronto", agregó Añez.
El ministro del Interior, Arturo Murillo, anunció que se dictó una orden de arresto contra Juan Ramón Quintana, exministro de la Presidencia de Morales con la acusación de los delitos de sedición e instigación pública a delinquir, entre otros.
A su vez, otro aliado de Morales fue arrestado en una conferencia de prensa por presuntamente instigar violencia mortal y los fiscales dijeron que dos más no calificaron para el asilo.
En un lunes activo en varios frente, el Ministerio de Gobierno, la Central Obrera Boliviana (COB) y el Pacto de Unidad firmaron un acuerdo por la pacificación del país andino.
En Sacaba, donde nueve personas murieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, un jefe clave del sindicato de cocaleros y aliado de Morales dijo a Reuters que los grupos movilizados ahora trabajarían para "pacificar el país y prepararse para las próximas elecciones".
"Mantenemos nuestra firme posición de que el Gobierno constitucional de nuestro hermano presidente Evo Morales ha sido usurpado e interrumpido por la fuerza", afirmó Andrónico Rodríguez.
(Escrito por Walter Bianchi; Reporte adicional de Jorge Otaola; Editado por Javier Leira/Nicolás Misculin)