MONTEVIDEO (AP) — El temor a que en Uruguay se instale un gobierno donde los militares puedan marcar pautas le hizo cambiar el voto a último momento al periodista Fabián Cambiaso y podría servir para explicar el dramático vuelco que tuvo el balotaje del domingo 24 en Uruguay. El resultado fue tan cerrado que la Corte Electoral aún se tomará varios días para proclamar oficialmente al ganador, aunque todo parece indicar que será el opositor Luis Lacalle Pou.
Cambiaso, de 43 años, quedó desconcertado ante un mensaje que le llegó el viernes 22 por WhatsApp. Era un video del excomandante del Ejército y senador electo, Guido Manini Ríos, exhortando en tono marcial y admonitorio a los militares a no votar por Daniel Martínez --rival de Lacalle Pou y candidato oficialista por el Frente Amplio-- en el balotaje.
Manini Rios había sido la sorpresa de la primera vuelta, celebrada el 27 de octubre. Como líder del debutante partido derechista Cabildo Abierto, había conseguido el cuarto puesto con 11% de los votos y se había transformado en un actor político ineludible. Tanto que Lacalle Pou lo incorporó a la coalición de cinco partidos que trabajosamente armó para disputarle el balotaje a Martínez.
Cuando Cambiaso recibió el video ya regía la veda electoral, un período de tres días en los cuales la propaganda y los pronunciamientos políticos quedan prohibidos. Entonces todas las encuestas marcaban un claro favoritismo de Lacalle Pou, de entre cinco y seis puntos porcentuales sobre Martínez. El balotaje parecía definido, pero finalmente la ventaja se redujo a un mísero 1,2%, apenas 28.666 votos de diferencia que aún necesitan confirmarse en el recuento definitivo que comenzará el martes 26 y la Corte Electoral estima finalizar el jueves 28.
Para cuando el periodista recibió el video que le haría cambiar el voto, todos los integrantes de la coalición de Lacalle Pou evitaban cualquier declaración altisonante que le diera un argumento de último momento al Frente Amplio. “Pensé que el mensaje era falso, porque me pareció increíble un pronunciamiento de ese tipo, tan salido de la estrategia de Lacalle y en plena veda”, dijo Cambiaso a The Associated Press.
Pero el mensaje era verdadero. Se lo había enviado la encargada de prensa de Cabildo Abierto.
El mensaje de Manini Ríos se conoció casi al mismo tiempo que otro pronunciamiento de un semanario ultraderechista publicado por militares retirados. “El próximo domingo hay que sellar el camino de un nuevo amanecer. El marxismo debe empezar a ser definitivamente extirpado del horizonte de nuestro destino nacional”, decía, recordando el léxico y el tono de la dictadura militar que sojuzgó el país entre 1973 y 1985
Tanto el video de Manini como el editorial militar se viralizaron y revivieron en muchos uruguayos la imagen de una dictadura durante la cual miles de personas fueron encarceladas por sus ideas, torturadas y 200 desaparecieron en Uruguay y los países vecinos, sin que aún se hayan encontrado sus cuerpos, salvo un puñado de excepciones.
En la primera vuelta Cambiaso había votado al PERI, un partido ecologista que por primera vez logró llegar al Parlamento y cuyo líder, César Vega, anunció que anularía el voto en el balotaje. Para la segunda vuelta, el periodista tenía decidido apoyar a Lacalle Pou. “Nunca me gustó anular el voto ni votar en blanco. Y la propuesta de Lacalle Pou me pareció más seria que la de Martínez y su discurso mucho más componedor”. No obstante, el video de Manini Ríos y el editorial militar lo hicieron cambiar a último momento. “Me asustó, mostraron lo que realmente son. Y se me planteó la duda de cómo hará Lacalle Pou para dominar a Manini y su partido, y no quedar condicionado por sus posiciones extremas”.
Tales dudas fueron fomentadas también por miles de militantes del Frente Amplio que recordaron una y otra vez que Manini Ríos integra la coalición armada por Lacalle Pou.
El publicista Álvaro Ahunchaín, asesor de comunicación del centroizquierdista Partido Independiente, también integrante de la coalición de Lacalle Pou, dijo que el video “le permitió al Frente Amplio generar un tema de alarma pública sobre el fin de la campaña”. Para Ahunchaín allí está una de las explicaciones de que el Frente Amplio recibiera votos que parecían perdidos. “La represión militar es el último punto de cohesión de la izquierda uruguaya”, agregó.
También el politólogo Daniel Chasquetti dijo a la AP que el video influyó en el resultado exiguo: “Hubo un movimiento de último momento alentado por esos mensajes, que hizo que mucha gente cambiara su voto. Los votos en blanco fueron apenas el 1,5%, mucho menos de los esperados”.
En la noche del domingo, miles de militantes del Frente Amplio cantaron en las calles: “Milicos (militares) nunca más”.
Lacalle Pou parece encaminarse a ser consagrado presidente, pero su ventaja finalmente resultó tan exigua que es necesario contar los 35.000 votos observados, aquellos de quienes se ven obligados a sufragar fuera de su circunscripción electoral, como los funcionarios públicos que atienden las mesas de votación y los soldados que custodian las urnas.
“El resultado es irreversible”, dijo el domingo a la noche augurando su victoria. Martínez se negó a admitir su derrota, pero para poder ganar debería reunir más del 90% de los votos observados, lo que parece altamente improbable. En la primera vuelta solo obtuvo el 27% de esos votos.
Para Chasquetti también influyó en la sorpresiva votación que el Frente Amplio reuniera dinero para comprar pasajes a uruguayos residentes en otros países y alentara la llegada de nacionales radicados en Argentina. “Vinieron 55.000 personas solo desde Argentina para votar, eso es un 2% del padrón electoral”, dijo.
El balotaje debía definir si Uruguay iba hacia un cuarto gobierno consecutivo del Frente Amplio o si traspasaba el gobierno de una alianza de partidos opositores, que van de la centroizquierda a la derecha.
Martínez, un ingeniero aficionado al ciclismo de 62 años, exalcalde socialista de Montevideo, fue el candidato oficialista.
El opositor Lacalle Pou es un abogado aficionado al surf de 46 años, exsenador e hijo del expresidente Luis Lacalle Herrera, que gobernó entre 1990 y 1995.
En la primera vuelta, Martínez fue el candidato más votado con el 39% de los sufragios, mientras que Lacalle Pou fue segundo con el 28,6%.
Sin embargo, tras esa votación, Lacalle Pou logró el respaldo del Partido Colorado (el tercero en la primera vuelta, con 12% de los votos), de Cabildo Abierto (cuarto, con 11%) y de los pequeños Partido de la Gente y Partido Independiente (1% cada uno).
Durante los tres gobiernos consecutivos de la izquierda, la economía creció, el poder adquisitivo de los salarios experimentó una fuerte suba y se sancionaron leyes que garantizaron derechos como el casamiento gay, el aborto y la venta de marihuana en farmacias.
Sin embargo, el tercer gobierno del Frente Amplio, encabezado por el presidente Tabaré Vázquez, ha tenido problemas importantes y finaliza con un índice de aprobación muy inferior a los anteriores. Una reforma educativa fracasó, el vicepresidente Raúl Sendic debió renunciar en 2017 jaqueado por casos de corrupción, la inseguridad pública se deterioró hasta alcanzar un récord de 414 homicidios en 2018, la economía se estancó, se perdieron 50.000 puestos de trabajo, el desempleó subió hasta el 9% y el déficit fiscal alcanzó el 4,9%.
César Vega, el líder del partido ecologista PERI se mantuvo firme en anular su voto en el balotaje. “Yo voté anulado, pero me llamó un amigo y me dijo él y su señora votaron anulado porque recién hoy vieron el video de Manini. Si lo hubieran visto antes, ellos también votaban al Frente”.