PITTSBURGH (AP) — Mason Rudolph afirma que sólo quiso zafarse de Myles Garrett.
Sin embargo, el quarterback de los Steelers de Pittsburgh lamenta que la forma en que lo intentó haya derivado en una trifulca en la que el jugador defensivo de los Browns de Cleveland terminó arrancándole el casco y golpeándolo con éste en la cabeza, lo cual le valió una suspensión indefinida impuesta por la NFL.
“No hay ninguna excusa aceptable”, dijo Rudolph sobre su propio comportamiento en los últimos segundos de la derrota del jueves por 21-7 ante los Browns.
El quarterback, quien debió asumir la titularidad de forma precipitada este año, dijo que su conducta no cumplió con los estándares de la liga ni de los Steelers.
“La conclusión es que debí hacer un mejor trabajo manteniendo mi compostura en esta situación”, dijo Rudolph el miércoles, al leer un comunicado escrito antes de responder algunas preguntas de los reporteros.
Garrett y Rudolph se enfrascaron en la pelea durante los últimos instantes de un encuentro que estaba ya decidido. Rudolph lanzó un pase corto al corredor Jaylen Samuels antes de ser golpeado por Garrett, que lo derribó mientras la jugada continuaba en otro lado del campo.
Rudolph se disgustó con la forma en la que Garrett lo lanzó al piso, asegurando que lo hizo tarde. Aseveró que intentaba separarse de Garrett _quien no recibió ningún castigo en la jugada_, y que en ese intento tocó brevemente la parte posterior del casco del defensive end.
“Fue la última jugada del partido y sólo estaba buscando quitármelo de encima”, comentó Rudolph.
Garrett, quien tiene una estatura de seis pies cuatro pulgadas (1,93 metros) y pesa 272 libras (123,3 kilogramos), respondió tirando violentamente de la máscara de Rudolph. Eventualmente le quitó el casco y lo alzó mientras el guard de los Steelers David DeCastro intentaba separarlos.
Rudolph se levantó y persiguió a Garrett, quien usó el casco para golpearlo en la parte derecha de la cabeza. El caos que siguió incluyó la intervención del centro de Pittsburgh Maurkice Pouncey, quien golpeó y pateó a Garrett.
Rudolph recibió otro golpe, por parte del tackle de Cleveland Larry Ojunjobi, que lo derribó.
Además de darle a Garrett una larga suspensión, la NFL dejó a Pouncey fuera tres partidos y ordenó a Oojunjobi sentarse el domingo cuando los Browns reciban a Miami. Los tres jugadores apelaron la sanción.
Rudolph indicó que no ha sido notificado de ninguna multa, pero afirmó que aceptará cualquier castigo que le imponga la liga.
“No tengo ningún problema con Myles Garrett, tengo un gran respeto por sus habilidades como jugador”, indicó Rudolph. “Sé que si Myles pudiera volver en el tiempo haría las cosas diferentes”.
Rudolph aseguró que no dijo nada que hubiera detonado la gresca y consideró lo ocurrido “una desafortunada situación para los dos equipos involucrados”.
Lamentó que sus acciones llevaran a Pouncey tomara represalias contra Garrett. Dependiendo del resultado de la apelación, ello llevaría a Pittsburgh (5-5) a perder al jugador, elegido siete veces al Pro Bowl, en un punto crítico en el que el equipo definirá si sigue aspirando a la postemporada.
“Probablemente es uno de los mejores compañeros que he tenido”, Rudolph dijo sobre Pouncey. “Un sujeto que quieres en tu equipo, que siempre está de tu lado. Lo puse en una mala posición y esperamos tenerlo de regreso lo más pronto posible, cuando se pueda”.