Las noticias relacionadas al fentanilo en Uruguay han aumentado en el último año. Las autoridades uruguayas han entrado varias veces en alerta por el posible consumo ilegal de este potente opioide utilizado en la medicina para calmar dolores fuertes. Esta sustancia también es conocida como “droga zombie” y su consumo ha generado estragos en países como Estados Unidos.
Esta semana, la dirección del Hospital Maciel de Montevideo presentó una denuncia e inició una investigación administrativa luego de constatar que le faltaban al menos 12 ampollas de fentanilo, que fueron robadas de un block quirúrgico, según informó el diario El Observador. En la indagatoria se revisarán las cámaras de seguridad de la última semana para tratar de esclarecer los hechos.
Las autoridades del hospital estiman que el robo fue para revender la droga porque se trata de una cantidad demasiado grande para consumo personal. ¿Por qué? Tiempo atrás, el secretario de la Junta Nacional de Drogas, Daniel Radío, advirtió que con pocas cantidades –apenas miligramos– del opioide se puede “intoxicar un país”.
“La diferencia que tiene el fentanilo con otras sustancias es que hablamos de microgramos. O sea, con dosis muy pequeñas… A veces dicen: ‘¿Cómo no hacen nada para que no entre?’. Hay que hacer todos los esfuerzos, pero con lo que entra en el grafo [la mina] de un lápiz intoxicamos a un pueblo”, afirmó, entrevistado en el programa En Perspectiva.
A diferencia de otras sustancias, para tener una sobredosis de fentanilo son suficientes cantidades “muy mínimas” y la diferencia entre la “dosis efectiva” y la “letal” es muy cercana. Por eso, la unidad de medida de esta sustancia suelen ser los microgramos, lo que dificulta la capacidad de control.
El robo en el Hospital Maciel quedó al descubierto el pasado viernes durante controles internos del hospital, informó Canal 12. En esas revisiones se detectó el faltante de las ampollas y esto derivó en la investigación administrativa del prestador público de salud, la Asociación de Servicios de Salud del Estado (ASSE).
La Policía y la Fiscalía también investigan este caso como un hurto. El trabajo de los agentes consiste en ver cómo desaparecieron las ampollas que están en un lugar al que solo tiene acceso personal autorizado.
Más allá de casos puntuales, en Uruguay no hay indicios de la presencia del fentanilo por fuera de los centros de salud, donde se utiliza para tratar situaciones de dolor intenso, por ser uno de los analgésicos más potentes. Desde 1990, se utiliza el analgésico para pacientes con cáncer, por ejemplo.
Para el consumo de fentanilo por indicación médica hay una “gran demanda”, que aumentó en los últimos años, expresó tiempo atrás en Búsqueda la directora del Departamento de Toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, Alba Negrín. “Se conoce el grado de pureza y hay controles de calidad que hacen que sea seguro”, dijo la experta. El contexto es lo que hace la diferencia con los graves efectos que produce su consumo recreativo, aclaró.
En agosto, el laboratorio de Química y Toxicología del Instituto Técnico Forense de Uruguay detectó fentanilo en drogas incautadas en operativos policiales. En ese caso, los investigadores presumían que la droga fue robada de algún centro de salud.
El fiscal del caso, Rodrigo Morosoli, declaró entonces a El Observador que a pesar de esta incautación “no existe un mercado del fentanilo en Uruguay” y señaló que las muestras encontradas suponen un caso de “consumo problemático” de esa droga por parte del detenido.
Otro caso relacionado con el fentanilo se descubrió a principios de año, cuando se encontraron tres envoltorios pequeños de ciclopentano fentanilo en dos autos argentinos que durante el 2023 habían tenido movimientos sospechosos. La sospecha fue luego descartada: no se trataba del potente opioide que hace estragos en Estados Unidos.